LINGÜÍSTICA
ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DEL IDIOMA NATIVO
Desde una concepción occidental de la sociedad, cuando se trata de la enseñanza de idiomas nativos, las autoridades gubernamentales de los países de Latino América, con frecuencia preguntan ¿Para qué enseñar tal o cual lenguaje nativo?, ¿para qué va a servirle al aprendiz? Con esta postura se han despreciado a las lenguas de las comunidades indígenas; el Estado y sus funcionarios han convertido a las instituciones sociales y educativas en instrumentos para imponer el idioma dominante y nuevos valores sociales ajenos a nuestra realidad. Para ello, en el caso del Perú, Bolivia, Ecuador y otros países, las autoridades primero oficializan el idioma castellano como medio básico y fundamental de comunicación y transmisión de la ideología y cultura de la clase dominante.
Sin embargo, como forma de resistencia cultural, los pueblos prehispánicos específicamente la cultura Quechua y Aymara mantienen sus lenguas vernaculares al lado de sus valores, creencias, tradiciones y su identidad cultural; a pesar de que estos pueblos, han experimentado siglos de desigualdad social, donde el lenguaje impuesto y las lenguas relegadas siempre estuvieron presentes uno para expresar órdenes y los otros para expresar obediencia, pero nunca para una comunicación y entendimiento recíproco entre seres humanos en una sociedad donde se pregona igualdad. Este mismo ambiente social existe en las relaciones sociales de profesor-alumno en las escuelas y colegios de las comunidades rurales donde los profesores sólo hablan el castellano y los estudiantes sus idiomas nativos; y lo que es peor, los programas y los materiales de enseñanza oficial son completamente en Castellano.
Esta realidad expuesta nos presenta un ambiente social educativo bilingüe, que al no ser entendido en los centros educativos, ha originado en las escuelas un alto porcentaje de repetición en el mismo grado, la frustración y la deserción estudiantil. En muchos casos del fracaso educacional en las comunidades rurales, las autoridades educativas aducen causas étnicas expresados a menudo en insultos a niños y adultos consciente o inconscientemente; pero no en la desventaja lingüística a lo que son expuestos, por supuesto en condiciones inferiores. Más tarde toda esta conducta de opresión social y cultural es reflejada en el alto porcentaje de analfabetismo y la falta de integración nacional y desarrollo de los pueblos.
Ante el conocimiento de los problemas educativos descritos arriba en América Latina y otros países del mundo, en las dos últimas décadas del siglo XX, en grandes foros educativos convocado por la UNESCO al analizar el problema educativo de los países como Ecuador, Guatemala, Bolivia, Perú, se ha recomendado que la educación debe respetar la realidad multicultural y multilingüe de la población. Por ello, en algunos países hay iniciativas de introducir la educación intercultural bilingüe, promovida por los propios gobiernos e instituciones privadas; pero adolece de tres grandes problemas: los planes y programas, falta de profesores y materiales educativos. En el primer caso, los intentos de introducir la educación bilingüe intercultural sobre todo en las zonas rurales chocan con las aspiraciones de las comunidades, ya que los planes y programas educativos son elaborados por especialistas que no conocen el idioma nativo ni la realidad sociocultural de la población; en el segundo caso no hay profesores preparados académicamente con conocimiento de la lengua materna, su cultura ni la metodología adecuada, exponiendo para la enseñanza de idiomas a profesores monolingües castellano hablantes y profesores que hablan el idioma nativo pero que no conocen la estructura fonológica, morfológica y sintáctica del idioma nativo, ni están capacitados en la metodología y didáctica de la enseñanza bilingüe e intercultural. Como tercer caso, se suma la carencia de materiales educativos que deben ser elaborados por la propia gente para darle el sustento cultural, la originalidad y naturalidad lingüística, con el asesoramiento de especialistas.
El aprendizaje en nuestro idioma, obviamente es beneficio. Por experiencia todos sabemos que nos sentimos más confortables aprendiendo en nuestro propio idioma y cultura. Muchas investigaciones científico sociales han probado la necesidad de reconocer y aceptar la legitimidad de las lenguas nativas, en este caso el Aymara u otra lengua nativa junto al lenguaje dominante, el Castellano. Esto implica no sólo el reconocimiento del bilingüismo en el ambiente educativo sino también el reconocimiento de la percepción cultural de sus hablantes, los cuales en la cultura Aymara son diferentes en relación a la cultura española.
Tomando como ejemplo las experiencias de la enseñanza del idioma aymara como lengua materna y el castellano como segunda lengua en Puno Perú, la educación bilingüe permite desenvolverse en su propio medio social sin necesidad de crear un ficticio contexto sociocultural para que pueda usar el lenguaje, facilitando así una comunicación intercultural y el desarrollo normal de las habilidades intelectuales de los niños. Más aún, el uso del Aymara en la escuela no sólo ayuda al niño adaptarse al nuevo ambiente, sino le permitirá mantener una identidad cultural congruente con respecto a su grupo original y con respecto a los elementos externos que le trae la escuela.
Visto así, el fin primordial de la enseñanza y aprendizaje de idiomas nativos es combatir la subestimación y desprecio hacia la lengua y cultura vernáculas y la sobrevaloración de la cultura externa. Pero para ello los planes, programas y materiales de educación deben ser preparados por los mismos hablantes nativos en base a una percepción cultural propia, el cual puede diferenciarse de la percepción cultural de otra cultura.
Francisco Mamani Cañazaca.
franciscomc@latinmail.com