LIBROS NUEVOS
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Andrés Chirinos Rivera: Atlas lingüístico del Perú. CUZCO - PERÚ: Centro de Estudios Regionales Andinos "Bartolomé de Las Casas", 2001, 298 p.
RESUMEN
El autor plantea varias hipótesis que tendrán que ser comprobadas. Se ha dicho por ejemplo que las lenguas indígenas habladas son un indicador de la población indígena del Perú. Independientemente de la aceptación o no del término «indígena» en la sierra peruana. Puede considerarse que la población de la sierra norte peruana en los departamentos de Piura, Cajamarca, Amazonas, La Libertad y la provincia de Pallasca en Ancash es también campesina- indígena, por sus costumbres, su cultura y sus tradiciones.
La diversidad de lenguas y de dialectos de las lenguas -incluido el castellano- responde a herencias históricas, a su vez marcadas por cumbres montañosas, ríos, zonas ecológicas asociadas a determinados cultivos (como el maíz), a la crianza de animales (como la alpaca), u otras actividades como la caza y pesca. La identidad cultural y lingüística también está condicionada por la «modernidad». Mal o bien entendida.
Se encontró una diversidad de patrones de comportamiento lingüístico que los iremos mencionando. Pero la compleja realidad los puede hacer inestables, especialmente es notoria la diferencia entre las tres regiones naturales (costa, sierra y selva). Sin embargo en la sierra hay comportamientos bastante diferenciados entre la vertiente marítima y la amazónica, entre zonas históricamente de predominio indígena y otras que no lo fueron, entre el área de influencia de Lima y las zonas más alejadas. Siempre encontraron excepciones, como la enorme vitalidad de una variedad quechua en una zona rodeada de castellano y relativamente próxima a la costa como Incahuasi y Cañaris en Lambayeque.
En la sierra todas las lenguas que se hablaron, con excepción del quechua y aimara han desaparecido. Muchas de las fronteras culturales, étnicas y lingüísticas perviven en el siglo XXI. Conchucos, Huaylas, Huamalíes, eran «provincias» coloniales que a su vez se formaban como herencia de las «naciones» que convivieron en el incanato. Tenían particularidades en su forma de hablar y costumbres que ahora son diferentes pero herederas de ese pasado. Otras diferencias parecen más moldeadas por el pasado colonial. Por ejemplo los centros coloniales de Cusco y Huamanga irradiaron una influencia lingüística a su alrededor que parece mantenerse ahora. Incluso cuando desaparecen lenguas o son sustituidas por otras se encontró en el sustrato abundantes huellas de su anterior existencia. En el quechua próximo al aimara abundan los aimarismos y en el castellano de la sierra próxima a Lima hay rasgos de la estructura gramatical del aimara y quechua.
Otros aspectos están menos estudiados. Es cierto que nuestro castellano heredó mucho de la forma de hablar de los andaluces pero fue impregnándose de acentos distintos. No sabemos cuál es la herencia de nuestros acentos pero creemos que no es arriesgado suponer que heredan en alguna medida el acento de lenguas extintas.
Se ha dicho que las lenguas, como las personas, nacen, crecen y mueren. Así no habría nada de malo en la extinción de lenguas, sería un proceso «natural». Efectivamente lenguas como el latín son ahora lenguas muertas, no habladas. Pero tienen muchos «hijos». Visto así no han muerto, perviven en sus descendientes. Si una lengua desaparece sin dejar herencia y teniéndola que disimular en palabras sueltas, en el acento, es síntoma de que hubo problemas de poder, problemas de opresión de unos a otros, no es un proceso natural. La extinción abrupta de una lengua es consecuencia del exterminio físico de su población, como lo que ocurrió a los judíos que hablaban yidish en Europa Central. Muchas lenguas amazónicas peruanas desaparecieron junto a los pueblos que las hablaban durante las correrías de los caucheros a fines del siglo pasado en la Amazonia. Así, la extinción de lenguas no tiene nada de «natural» y es más bien un proceso que refleja una enorme violencia que siembra resentimientos y odios que, lamentablemente, algún día terminan por cosecharse. Pocas cosas en el mundo, fuera de los atentados contra la vida humana, son tan violentas e injustas como despreciar a un niño por la lengua que habla. Sin embargo es una realidad cotidiana en la costa, sierra y selvas peruanas.
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Victoria Cox: Guaman Poma de Ayala: entre los conceptos andino y europeo de tiempo. CUZCO - PERÚ: Centro de Estudios Regionales Andinos "Bartolomé de Las Casas", 2002, 214 P.
RESUMEN
El autor el estudio lo divide en cuatro partes. En el primer capítulo se analiza la concepción andina del mundo y la relación entre el quipu, el calendario y la organización espacial del Imperio Inca. El mundo andino, antes de la llegada de los españoles, partía de un centro, Cuzco. A este punto confluían los ceques, líneas imaginarias que unían las distintas regiones del Imperio con el centro. Los diferentes ceques, a su vez, estaban compuestos por una serie de puntos, huacas, adoratorios que marcaban el espacio. Este sistema compuesto por ceques guarda una similitud con un enorme quipu en el cual los distintos nudos representan las huacas o adoratorios. Los ceques cumplían la función de calendario y de instrumentos mnemotécnicos. Las diferentes regiones que se incorporaban al Imperio Inca añadían otro punto al ceque. De esta manera, la tierra incorporada llegaba a formar parte del Imperio Inca y de su historia.
El capítulo II trata exclusivamente del calendario y los repertorios españoles. En esta sección se analiza los conceptos sobre los cuales se estructura el calendario y se examina el origen del calendario que surge de los breviarios y los manuscritos ilustrados. La relación entre los breviarios y los calendarios es significativa pues las Biblias fueron los primeros libros que se propagaron por Europa y América. Ellas cumplieron una función esencial en diseminar la ideología de la Iglesia.
Uno de los propósitos del siguiente estudio es examinar la ideología detrás de la organización cristiana del tiempo. Se analiza cómo los mitos y símbolos en torno de la vida de Cristo estructuran el calendario. Por ejemplo, cada día del calendario cristiano conmemora la vida de un santo, cuya vida imita a la de Cristo. Los días principales del calendario son aquellas fechas importantes en la vida de Jesús. Estas fechas son Navidad y los días relacionados con la Pascua.
A su vez se analizan los mitos y las alegorías cristianas relacionadas a la Pascua de Resurrección y su expresión en el texto de Guaman Poma y en los repertorios españoles. Interesa comprender la función que desempeñan las alegorías de la Iglesia en estructurar y organizar el tiempo cristiano y el efecto ejercido por estas alegorías en alterar la visión andina del mundo tal como aparece representado en Nueva corónica y buen gobierno.
Una vez estudiados, por separado, el calendario cristiano y el andino, en el capítulo III se analiza los dos calendarios presentes en Nueva corónica y buen gobierno: el calendario de los incas y el calendario de los indios contemporáneos a Guaman Poma. La primera sección de este capítulo discurre sobre todo lo relacionado a los ritos y ceremonias incas. Se examina la relación entre los sacrificios y las fechas importantes del calendario inca. También se analizarán los meses de transición en los cuales la comunidad se prepara para los dos períodos más significativos del mundo andino: la siembra y la cosecha.
También se estudia la segunda presentación del calendario en Nueva corónica y buen gobierno, y la función que ocupa la tabla-calendario dentro del calendario de Guaman Poma. La tabla-calendario es la tabla de los días del mes con sus correspondientes días de santos. Esta tabla se encuentra presente en el texto de Guaman Poma y en los repertorios españoles. Las diferencias entre las tablas de Guaman Poma y las de Li y Zamorano son pocas pero significativas.
La última sección del capítulo III se concentra en el análisis de los elementos andinos de la segunda presentación del calendario en el texto de Guaman Poma. Se examinan cada uno de los meses del calendario de Guaman Poma para ver cuáles son los elementos andinos presentes en el calendario. También se analiza cómo estos meses se relacionan entre sí, y por qué Guaman Poma elige una determinada manera de representar el calendario.
En el capítulo IV se analizan las diferencias generales entre el calendario de Guaman Poma y el calendario español. Este análisis se enfoca en las ilustraciones. Tanto los almanaques de Guaman Poma como los españoles poseen ilustraciones en las cuales se describen las actividades desarrolladas durante cada mes. Las ilustraciones en el calendario europeo siguen un determinado patrón y expresan la cultura de los países de los cuales provienen. A su vez, el calendario de Guaman Poma es representativo de la cultura andina.
En este último capítulo se lleva a cabo un estudio más detallado de las funciones que cumplen las ilustraciones del sol y la luna en los calendarios europeos y en el de Guaman Poma. El propósito es entender cómo los astros presentes en el calendario de Guaman Poma expresan una visión andina del cosmos. A su vez, esta sección se enfoca en dos conceptos andinos, el del agua y el de la comida, pues el propósito es analizar cómo estos conceptos se expresan en el calendario de Guaman Poma. Esto permite deslindar los elementos andinos presentes en el calendario de Guaman Poma.
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William Hurtado de Mendoza Santander: Pragmática de la cultura y la lengua Quechua. CUZCO/LIMA - PERU: Centro de Estudios Regionales Andinos "Bartolomé de Las Casas"/Universidad Nacional Agraria La Molina, 2001, 264 p.
RESUMEN
El autor cuenta a lo largo de nueve capítulos, pragmática de la cultura y la lengua quechua. En el capítulo I revisa los diversos trabajos de lingüística andina, especialmente aquellos referidos al quechua. Con esta finalidad los divide en grupos que dan cuenta de las etapas precientífica y científica o propiamente lingüística. Si bien la bibliografía es rica y abundante respecto a la lengua quechua son, en cambio, muy raros los estudios relativos a la deíxis.
En el capítulo II y como estudio previo, revisa las concepciones de espacio y tiempo en la cultura de occidente, especialmente en la griega y en la judío - cristiana que nutren el pensamiento que revela la lengua española. También trata la linealidad y la circularidad o ciclicidad temporales, en los modos objetivo y subjetivo de entender el tiempo y en el pasado, presente y futuro en su calidad de concepciones de la temporalidad. Se acercan a los principios de relacionalidad, reciprocidad y complementaridad del pensamiento quechua por tener vinculación directa con la deíxis.
En lo relativo al capítulo III y, como condición previa y necesaria para estudiar las categorías deícticas, dan cuenta del contexto cultural quechua, la tripartición de sus universos en kay, hanaq y ukhu pacha, su modo de concebir el espacio así como su representación de circularidad y rectangularidad, o los de su anterioridad y posterioridad. Sólo después de este acercamiento al universo cultural, estudian la deíxis temporal y dan cuenta del tiempo verbal.
En los capítulos IV, V y VI estudian la deíxis espacial y personal, la de los evidenciales y de aquellos relativos al movimiento y la direccionalidad y, por tanto, de los morfemas cislocativo y translocativo y otros marcadores de caso que tienen incidencia directa, como ocurre con el locativo pi. En el capítulo VII dedican su atención a la deíxis discursiva, tomando como fuentes las expresiones de la literatura quechua oral. En el capítulo VIII estudian la deíxis social prestando especial interés a la relación con la situación diglósica.
Los capítulo X y XI no sólo exploran el universo de las implicaturas quechuas y de las metáforas, sino que, abren una discusión que reclama puntos de vista enriquecedores. A este respecto, desbrozan aquello que deberá constituir la senda inequívoca del hallazgo.
Existe una profusa bibliografía que da cuenta de los aspectos fonéticos, fonológicos, morfémicos y sintácticos de los diversos dialectos del quechua, es cierto, pero sólo unos dos o tres, ingresan en los tópicos de la pragmática. Siendo este el problema, un estudio que cubra estos aspectos, a todas luces relevantes en la cultura quechua, tendrá interés, primero, por ser tópicos aún desconocidos y, segundo, porque permitirá un mejor conocimiento tanto de la lengua, de cómo funciona en el proceso comunicativo y de aquellos significados que son necesarios para que la cultura quechua exprese su experiencia y su pensamiento.
El objetivo de pragmática de la cultura y la lengua quechua es: estudiar cómo los hablantes del quechua conciben tiempo, espacio y persona y cómo expresan las diferencias sociales y anclan estos diversos aspectos en su discurso y, al mismo tiempo, cómo funcionan las implicaturas y las metáforas, así como las leyes que las ordenan. Tal propósito deberá conducir al conocimiento más cabal de la cultura quechua y de los aspectos semánticos y pragmáticos de su lengua.