INTERCULTURALIDAD Y EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ESCUELA RURAL ANDINA. "ADIESTRAR EL CUERPO PARA VENCER A LA NATURALEZA O CRIAR EL CUERPO PARA DIALOGAR CON ELLA". Notas

 Por: Grimaldo Rengifo Vásquez
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Introducción.

Cada niño, dondequiera que esté, pueda acceder de manera adecuada al razonamiento científico y convertirse para toda la vida en un “amigo de la ciencia” (UNESCO, 1996: 97).

La cita corresponde al texto de la UNESCO: “La educación encierra un tesoro”, que una comisión presidida por el ex Primer Ministro francés Jacques Delors, elaboró a finales del siglo XX. Su aplicación indiscriminada tuvo dos efectos en la enseñanza de la educación física en las escuelas del sistema educativo peruano: la arrinconó a un segundo plano, y la refirió al escenario deportivo.

Para que un niño o niña, estudiante del sistema educativo peruano, promueva del segundo grado de la educación básica al grado inmediato superior, requiere como condición necesaria haber aprobado dos materias del currículo: comunicación integral, y lógico-matemático. Esta condición empezó a tener vigencia como norma en el sistema a finales del siglo XX de modo que aún si – los 675 mil estudiantes(2) aprobaran las demás áreas y no en éstas, repiten el grado.

Ambas materias están relacionadas con el desarrollo de operaciones mentales asociadas a la capacidad de abstraer, es decir de separar mentalmente aquello que en la realidad se halla unido. En otras palabras, un niño o niña de 7 u 8 años no requiere como condición básica para promover de un grado inferior a otro superior mostrar habilidades corporales asociadas a la educación física; esto puede esperar, lo que no puede esperar es el desarrollo de las habilidades intelectuales.

Lo corporal y el desarrollo del movimiento asociado al cuerpo (la educación física) tienen su lugar, si así viene al caso, en el par de horas a la semana que el currículo le asigna, o ser realizado, de modo independiente por el niño o niña, en las horas del recreo escolar o los fines de semana cuando corretea en su casa o en el parque de la esquina.

El aula desde finales del siglo XX está pensada como el escenario para ser amigo de la ciencia, y como se sabe, ésta solicita más el desarrollo de mentes a lo Einstein que cuerpos a lo Bolt, ese jamaiquino que el 2011 nos deslumbró en Beijing llegando sonriente y primero a la meta de los 100 metros planos con la marca de 9.69 segundos y 42 pasos. De este modo, el mentado fin educativo que subraya la educación armónica de cuerpo y mente pasó a ser un discurso sin contenido significativo en el sistema(3).

Observando el contenido de lo que se enseña y practica en las pocas horas dedicadas a lo que se llama “educación física” se ve en ésta una orientación inclinada hacia la aplicación de técnicas que privilegian el desenvolvimiento de destrezas corporales asociadas al desarrollo adecuado de los deportes y menos con habilidades y evoluciones del cuerpo vinculados al trabajo: agricultura, construcción, pesca, y artesanías, para citar algunas. Existe un divorcio en la llamada “educación física” producto de la segmentación de la realidad del movimiento corporal humano entre aquellas acciones de orden físico-biológico(4) orientadas hacia la práctica de los deportes y el juego, y las que demanda el movimiento corporal asociado a la realización de lo que se conoce como trabajo.

De este modo el movimiento del cuerpo que realiza un niño o niña cuando realiza tareas chacareras o de pesca, sea en los Andes o en la Amazonía, queda fuera del marco de la educación física escolar, a pesar de lo bien sintonizado que se hallan sus movimientos corporales con la regeneración de la naturaleza en la que anida. Cuerpo, mente y realidad externa se coordinan y conjugan sincrónicamente cuando niños y niñas en los Andes aran y siembran papas, tan igual como cuando niños y niñas amazónicas realizan labores de caza y pesca. En estas actividades cuerpo y naturaleza parecen moverse enlazados en la ejecución de una danza ritual de carácter agrario en un caso, y de sello bosquesino en el otro.

 

 

 

Estas actividades han quedado fuera del currículo de la educación física en las escuelas de las áreas rurales andinas y amazónicas, reservándose más bien como responsabilidad la instrucción de aquellos movimientos que el ser humano ejecuta cuando practica lo que se llama disciplinas deportivas dentro del marco de una educación formal de corte urbano. Al derivar la enseñanza de la educación física más a la práctica deportiva resaltó, según la especialidad, el desarrollo y adiestramiento de ciertos movimientos corporales y por tanto de determinado crecimiento muscular en detrimento del movimiento armónico del conjunto del cuerpo. La deportología surgió, en este contexto, como disciplina técnica dirigida a explorar las potencialidades del crecimiento corporal de aquella parte o sistema asociado al ejercicio de una cierta disciplina o especialización deportiva, pues no es lo mismo el ejercicio corporal asignado a la natación que a la de salto triple o a la del tenis. Los cuerpos de los atletas denuncian la disciplina a que son sometidos(5).

Los resultados deseados que subyacen a todo este esfuerzo son dos. La de lograr un cuerpo vigoroso obligado -por el mandato de una mente que calcula- a alcanzar el límite de sus posibilidades físicas, y en segundo lugar, que este cuerpo sea capaz, en su lucha contra la naturaleza externa, de conquistarla y vencerla. La racionalidad ya no es la del juego -si en este caso se puede hablar de racionalidad- sino del cálculo premeditado. En ésta el cuerpo se transforma en un medio para lograr el fin que no es otro que triunfar sobre el oponente, sea este humano o naturaleza.

La competencia, la velocidad y la ideología de la eficiencia(6) se convierten en los motores y valores que guían la domesticación del cuerpo. La tensión y el control de la atención devienen en temas prioritarios antes que el disfrute placentero de jugar por el gusto de jugar. Como indica Duer:

Los tiempos en que las metas principales de practicar un deporte eran divertirse, hacer amigos y, en el mejor de los casos, ganar luego de haber competido sanamente, se ven cada vez más lejanos (Duer,W. 2008:44).

Un cuerpo relajado es signo de descuido. La norma es un cuerpo disciplinado capaz de obedecer las reglas de una estrategia impuesta por la naturaleza competitiva de la actividad y que una burocracia deportiva debe hacer cumplir maquinalmente.

Con el advenimiento o más bien con el sometimiento en el siglo XX de las disciplinas deportivas a los intereses de los conglomerados económicos y de las grandes firmas, el deporte quedó confinado en los límites de la competencia económica y financiera de las corporaciones; proceso en el que el cuerpo del deportista se transformó en mercancía, y el club deportivo mudó en fábrica.

Lo que la industria había hecho con el cuerpo en los inicios del siglo XIX, se repitió en la segunda mitad del siglo XX en el seno de los clubes deportivos. Contaron para ello con el apoyo y asesoría de empresas de todo tipo, en particular de los medios masivos de comunicación, y de las ciencias médicas y nutricionales. El cuerpo devino en un factor de producción deportivo, volviéndose en aquello que Chaplin denunció en la película “Los Tiempos Modernos”, vale decir, en una máquina. Cristalizó así un cuerpo que funciona mejor cuanto más eficiente es en el uso repetitivo y agobiante de ciertos movimientos musculares. Eduardo Galeano, lo expresa bien, refiriéndose al futbol(7).

La historia del futbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí. En este mundo del fin de siglo, el futbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable (Galeano, 1995:2).

De esta manera el cuerpo empezó a conocer una enfermedad que no sucedía cuando jugaba: el estrés, una manera en que la naturaleza humana se expresa, defiende o escapa, cuando es subyugada(8).

La economía decretó en el siglo XIX, cuando ya se hablaba de la naturaleza como objeto, que el cuerpo humano es un factor de producción más al lado de la máquina y de las materias primas. Marx lo bautizó como la principal “fuerza productiva”, y productor de plusvalía (Marx, C. 1973: 201). Siguiendo este guión, algunos deportistas de éxito optaron, o los conminaron, a recorrer el camino de ser un bien transable en el mercado de valores.

Para su realización como tal se integraron en una cadena del negocio que va desde del hincha que no perdona, hasta las agencias de publicidad pasando por las compañías constructoras. Se hicieron un lugar en el portafolio de empresas o de corredores deportivos que empezaron a negociar con su autorización un sitio y un precio en el “mercado del deporte”.

Esta “profesionalización” implicó además su consentimiento para que grandes firmas se apoderaran de una fracción de dinero producto de las transacciones realizadas, al tiempo que asumió códigos de conducta deportiva impuestos por los clubes, aquello que ahora se llama “disciplina deportiva”. Otros, en cambio, fundaron sus propias empresas teniendo como emblema su propio cuerpo y figura. Como reitera Duer:

La cantidad de dinero -entre publicidad, ventas de boletería, derechos de trasmisión televisiva y contratos- que hay alrededor de pelotas que ruedan, señores que corren a toda velocidad o niñas que hacen maravillas sobre un trapecio es cada vez más grande. Los recientes Juegos Olímpicos son una muestra cabal de esta realidad: según estudios privados, se estima que el total invertido por las empresas en el evento alcanzó tres mil millones de dólares, de los cuales 900 millones quedarían para las arcas chinas, el país organizador. Todo esto sin contar otras fuentes de ingresos, como las ventas de tickets o derechos de televisión... El deporte como industria crece y crece. La consultora PriceWaterhouse Coopers señala que el gasto vinculado a grandes eventos deportivos aumentará en un 37% hasta 2012, momento en que se moverán, a nivel global, nada menos que 141 mil millones al año (Duer, ibid: 44-46).

La educación física, en este contexto, salió de todo ambiente de armonía y sensatez, si pensamos strictu sensu lo que teóricamente dicen que es: desarrollo armónico del cuerpo como unidad psico-biológica; y con todo lo que está sucediendo se ha convertido, al parecer, en una tuerca más de un negocio colosal manejado por transnacionales de toda laya. Los uniformes de los deportistas, desde ese entonces, han dejado de ser emblemas con historias populares para convertirse en una extensión de los avisos luminosos que la propaganda comercial disemina en las ciudades, como nos ilustra Galeano:

El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, futbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue. La tecnocracia del deporte profesional ha ido imponiendo un futbol de pura velocidad y mucha fuerza, que renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohíbe la osadía (Galeano, ob.cit: 5)

Con este modo de entender lo físico y la educación física, el cuidado del cuerpo ha migrado de la esfera de la responsabilidad de la persona, la familia y la comunidad, para ubicar su eje primero en la escuela y luego en los clubes. Un vasto plantel constituido por masajistas, recogebolas, profesores, nutricionistas, médicos, kinesiólogos, y una burocracia deportiva, para citar sólo alguno de ellos, se han irrogado el papel de celadores del cuerpo y del buen espectáculo que éste debe rendir y brindar.

Lo tremendo del ejercicio de este “poder elegante” (Gronemeyer, M. 1996:8) es que la persona-deportista consiente que su cuerpo sea manejado por estas burocracias porque aspira al modelo de vida que estimulan y brindan los clubes de las ligas “premiere”, despojándose de toda autonomía sobre su “soma”. De esta manera el nuevo dueño del cuerpo pasó a ser la empresa(9). Esta dicta lo que es bueno y deseable para éste. Cuando un deportista se lesiona es el médico, en coordinación con el empresario, quién decide cuándo y cómo retorna a la lid y no precisamente él, ella o la familia. El díscolo es castigado.

Junto con la desaparición del estado-nación, en plena ola globalizadora, las empresas deportivas se transnacionalizaron, fundaron federaciones internacionales con filiales nacionales y leyes que poco o nada tienen que ver con las normas locales pues no existe autoridad nacional alguna que tenga injerencia sobre ellas. Para éstas lo que rige son las leyes del mercado y el poder, un poder que hizo primero del cuerpo una máquina y luego una mercancía negociable en el mundo de las finanzas.

1. La concepción del cuerpo como máquina.

La concepción del mundo como máquina surgiendo del estudio de los astros invadió pronto la de cada uno de los seres vivos, y en particular la del humano. Considerado en el Medioevo como creación divina, el cuerpo no podía ser asociado a una realidad mecánica pues la imagen y semejanza con Dios que el cristianismo difundía lo convertía en un ser que tenía tanto de divino como de natural. Intervenir en éste sin que ello sea apreciado como trasgresión a los estatutos divinos era un despropósito. Pero cuando las concepciones del mundo cambiaron y Dios mudó de domicilio, el cuerpo dejó de ser albergue sacro y se convirtió en un objeto parecido a cualquier mecanismo conocido y sobre el cual se podía intervenir, pues lo que regulaba el movimiento de la materia eran relaciones de causa y efecto, y no causas divinas.

La idea del cuerpo como mecanismo se obró, entre otros aspectos, por el descubrimiento de las funciones de ciertos órganos del cuerpo y su asociación inevitable con los aparatos existentes inventados hasta ese momento por el hombre. Asociar el corazón a una bomba, llevó a reconocer que su funcionamiento opera de modo análogo al de una máquina. Esto condujo a Hobbes (1588-1679), en El Leviatán, a decir: “Qué es el corazón, sino un resorte; y los nervios qué son, sino diversas fibras, y las articulaciones, sino varias ruedas que dan movimiento al cuerpo entero” (Hobbes, 1993: 3). Estas afirmaciones cobraron estatuto de verdad con el imperio de la ciencia mecanicista en la modernidad.

Desde ese entonces y hasta ahora el cuerpo humano es una bolsa que contiene un conjunto de aparatos y sistemas ordenados que los alumnos deben memorizar antes que comprender, y que a fuerza de repetirlo se adhieren en las capas más profundas del entendimiento humano hasta que empiezan a teñir el lenguaje cotidiano del hombre letrado convirtiendo la metáfora del mundo como máquina en algo cierto, veraz y reproducible en cada uno de los seres que lo habitan. Como dice Gronemeyer quién precisa bien la relación de la máquina con lo que se le exige al deportista:

El nuevo catálogo de virtudes está dictado por las leyes operativas de la máquina, ejemplificada por la más prefecta de las máquinas, el reloj: disciplina, precisión, orden, diligencia, limpieza, resistencia y puntualidad (Gronemeyer, ibid:14).

2. La colonización del cuerpo por la mente.

El otorgamiento de la primacía de la mente sobre el cuerpo parece ser antigua. Si la idea es la que funda la realidad y siendo la idea una expresión de la mente, la materia y con ella la naturaleza vienen a ser una expresión de una voluntad externa y superior a ésta. La división cartesiana entre res cogitans y res extensa, y su aforismo conocido: “pienso luego existo”, ratificó lo que desde antiguo se sabía: la preeminencia de lo mental sobre lo corporal. El pensamiento radica en la mente mientras la naturaleza en el cuerpo. Con la desvalorización del cuerpo éste devino en objeto a ser conocido, explorado, autopsiado, y manejado por una mente cognoscente. Se profundizó así la división entre mente y cuerpo, entre idea y naturaleza.

El cuerpo ya transformado en un sistema mecánico y separado de la naturaleza externa no le quedó más que obedecer los mandatos de la mente. El cuerpo “sintiente” que en su contacto con la naturaleza “conocía”, pasó a ser sierva del cerebro cuando el moderno dictaminó que su papel no era otro que el de transmitir las sensaciones al cerebro en el proceso de conocimiento racional del mundo. El cuerpo terminó siendo “conciencia del cuerpo”(10)

La idea de propiedad del cuerpo fue el paso segundo. Primero el cuerpo a merced de la voluntad mental del individuo, y luego la relación de pertenencia. El sujeto decide lo que debe y puede hacer con su cuerpo, la jurisdicción sobre éste le corresponde. Si mi cuerpo me pertenece puedo hacer con él lo que se me antoje, entre otros: disciplinarlo, y eventualmente venderlo, lo que se hace una realidad moralmente aceptable cuando se introduce las nociones de fuerza de trabajo y mercancía en el contexto del desarrollo del capitalismo.

La asociación con la máquina ha servido así para la intromisión en éste de la biología y de la economía. Cuando el cuerpo es una mercancía la educación física está para mantenerla en condiciones operativas, es decir sano, pues la retribución laboral que recibe se halla directamente relacionada con el desarrollo hábil de las tareas que la fábrica o el club deportivo le asignan.

3. El papel de la escuela.

Una de las funciones primeras de la escuela en la modernidad ha sido la preparación de la mano de obra fabril. La fábrica exige orden, puntualidad, y particularmente el dominio de las pasiones a favor de una relación con las cosas en la que predomina una actitud racional. La fábrica no da tiempo, ni siquiera cuando se hacen instrumentos musicales, a un despliegue de las emociones; el proceso productivo de un objeto ordena y exige una secuencia de actividades que la mente debe fijar para producir un objeto particular. La escuela debe preparar al estudiante en este dominio de su cuerpo. Como dice Jeremy Rifkin: “Se supone que el aula de clase es un área de entrenamiento para el “hábito de la industria”, en donde los niños a la edad más temprana posible, son habituados, para no decir naturalizados, al trabajo y a la fatiga” (Rifkin, 1989:106. Cit. En Gronemeyer, ob.cit: 15).

El cuerpo gradualmente va adiestrándose, en esta dinámica, en un conjunto de movimientos precisos que la mente le ordena realizar, de modo que empieza a reproducir primero con torpeza, y luego con soltura, los movimientos que el proceso fabril le obliga a ejecutar durante las horas que persiste el trabajo. La reiteración del proceso garantiza el uso eficiente de la fuerza de trabajo y lo que fue en un momento fatiga se vuelca en costumbre, en algo interiorizado como necesario y útil. Se hace realidad así, el concepto de “fuerza de trabajo”.

La escuela moderna está pensada a imagen y semejanza de la fábrica. Este no sólo es un tema de arquitectura, de construir escuelas similares a los hangares, sino que la pauta pedagógica en cada momento de la vida escolar se organiza bajo la misión de lo que Foucault llama “ortopedia social” en su libro Vigilar y Castigar (2003), es decir ajustar el cuerpo a la orden de la mente, y Foucault diría del poder(11). Esto se aplica reiteradamente hasta lograr un cuerpo domesticado y una mente que ocupa el lugar que en la fábrica tiene el vigilante. Se establece, de este modo una relación de colonización y dominio del cuerpo por la mente(12).

El rito central de la escuela, en este proceso de sobredimensionar la razón y las funciones mentales sobre las corporales, es la abstracción. Para eso materias como el lenguaje y las matemáticas que exigen una cuota importante de separar aquello que está junto en la realidad, son enfatizadas. El resultado es el subdesarrollo interior de lo humano pero no la armonía de cuerpo y mente.

Sin embargo el sojuzgamiento del cuerpo por la mente cruza otras áreas de la enseñanza como la geografía, la biología, y la misma educación física, de modo que el juego y la distracción dejan de ser esparcimiento para volverse competencia entre hombre y naturaleza sea ésta la propia como la externa. La capacitación docente que el Estado y otras instituciones o institutos realizan para mejorar la calidad educativa reproduce este esquema que luego será multiplicado por el docente en el aula con niños y niñas.

4. Una historia personal.

Lo que quiero contar ahora es una historia breve de cómo la educación física, tal como se enseña en la actualidad en el sistema educativo opera como un mecanismo de olvido y negación de la tradición.

Aprendí en nadar en el río Huallaga pues soy de la denominada Selva Alta y el pueblo donde nací, Tocache, queda a orillas de este gran tributario del Amazonas. Como muchos niños y niñas de la Amazonía aprendemos a nadar entre amigos y con la ayuda o más bien sostén de un pedazo de madera que oficia de flotador, en este caso de un trozo de aproximadamente un metro de una madera por 15 centímetros de grosor, que se conoce como “palo de balsa”. Niños de 5, 6 o 7 años ya nadan, y que yo recuerde lo hice también por esa edad. Se aprende en las orillas de riachuelos, cochas, y ríos mayores, sea como parte del juego vespertino, baños diarios, o en las expediciones de pesca que hacemos con nuestros padres o familiares, o en momentos de divertimiento colectivo. No hay cosa más agradable en medio del bosque y el calor reinante que estar en el agua.

Nadando se aprende sobre el río, de sus modos de comportarse en el verano y en el invierno, sus sonidos, y sus colores y olores que tiene en cada circunstancia. Se aprende a respetarlo, a conocer nuestros límites, a saber dónde y en qué momento podemos nadar y cuando no. Los abuelos nos cuentan historias de las deidades del agua que te introducen a una relación ética y de respeto a la “persona río”. Estar en las tareas de la pesca te enseña a conocer los momentos en que se realiza, los lugares precisos, la variedad de peces que existe, aquellas que se consumen cotidianamente y las que sólo en ciertas circunstancias.

Lo particular de nadar en el río o en la cocha, es la forma en que el cuerpo lo hace, sea para refrescarse, para jugar, o para pescar. El cuerpo del que nada, en general se halla muy sintonizado con la labor de la pesca; para esta actividad la cabeza sobresale en el espejo del agua, se está casi en una posición vertical, medio parado y muy pocas veces a ras del río. Y esto es así porque el pescador tiene que observar el paisaje del río para ubicar las embarcaciones que navegan en éste, para conocer la posición de los compañeros, observar los movimientos de los peces a la hora de la pesca, y en el invierno para esquivar a los árboles y todo tipo de las llamadas “palizadas” que el río acarrea en ésta época del año.

La respiración del que nada es parecida a lo que sucede en tierra firme: se inspira por la nariz y se expira por la boca. El estilo del movimiento del cuerpo es similar al denominado estilo “libre” o crawl que enseña la educación física, es decir se realizan brazadas y movimientos de empuje del cuerpo con manos y piernas, con la particularidad de que no funcionan flexionados sino algo horquillados. Se avanza impulsado como a saltos por las flexiones rápidas y los impulsos de una de las piernas, se diría que “se patea” al río o a la cocha. El desplazamiento por el agua se debe más a éstos impulsos ruidosos que al movimiento sincronizado de las piernas y pies extendidos como es usual en el estilo “libre” practicado en las piscinas.

No existe el estilo “pecho” o braza como tal, más que cuando se nada en ciertos tramos y se desea mantener el silencio en lugares específicos de una cocha o río. El estilo “braza” o de perrito es practicado en general por las mujeres. El estilo “mariposa” casi nunca, y el de “espaldas” sólo en ciertas ocasiones cuando lo amerita la labor de la pesca, o cuando hay que jalar la atarraya, el bote o la balsa.

Estuve en la selva hasta los 13 años, la mitad de los cuales las pasé ya en Tingo María. Luego migré por razones de estudio a Huánuco, donde estudié la secundaria desde el 3er año hasta el 5to y lo hice en la GUE Leoncio Prado. Como procedía de la selva, en la primera semana de clases y a la hora de la educación física, el profesor, sabiendo que mi apellido tenía un origen amazónico, ni me preguntó si sabía nadar, entendía que todos los selváticos lo sabíamos y acto seguido me puso en la selección de natación de la clase y me invitó a las prácticas de natación. Esta Gran Unidad contaba con una piscina oficial, escenario que conocía por primera vez. El profesor me hizo nadar junto con el equipo, y para su desagrado, decepción y horror, llegué último en la competencia. Para él: “no sabía nadar”, aunque me consolaba diciendo que tenía cierto perfil -una suerte de materia “bruta”- que consideraba promisorio si es que empezaba a practicar “de verdad” la natación.

Allí conocí lo que era un profesor formado en una Escuela Normal y para esta especialidad. Antes y en mi escuela de pueblo, los docentes que enseñaban educación física eran aquellos a quienes les gustaba practicar el futbol. Estos, completaban sus horas de clases enseñando educación física. Ocasionalmente este puesto era cubierto por algún oficial, retirado o en actividad, del ejército o de la policía que hacía sus servicios por la región, pero no así por quienes habían aprendido el oficio, digamos, de modo serio y especializado en alguna Casa Superior de Estudios.

Ahora, por primera vez, tenía ante mí a un profesor especialista en educación física. Empezó, por razones climáticas (Huánuco es fresco: 24°), enseñándome lo que era el “calentamiento del cuerpo”, ejercicios para poner el cuerpo en condiciones de evitar calambres a la hora de introducirse al agua fría de la piscina, cosa que en la selva no eran necesarios, dado el calor reinante. Huánuco está como a 1,893 msnm, mientras Tingo María a 690 msnm. Luego me enseño otros aspectos de la disciplina deportiva, y algo extraño hasta ese entonces: el modo de respiración. Se inspiraba por la boca y espiraba por la nariz. Ya en la piscina tuve que ejecutar los movimientos del cuerpo, a realizar de acuerdo al estilo enseñado, así como a respirar acorde con las nuevas técnicas.

Como estudiante entusiasta por las nuevas técnicas, empecé a aprender a nadar “de verdad”. Entendí que el cuerpo no debería ser un elemento de freno para su deslizamiento raudo dentro del agua. Para ello, la posición adecuada era la ventral, lo más horizontal posible, casi rozando la superficie del agua. Comprendí que para respirar se debería evitar sacar toda la cabeza pues tan sólo era necesario la emergencia de una faz de la cara para inspirar. Para ello sólo era necesario realizar una labor de torsión del cuello, y luego volverlo mirando hacia el fondo de la piscina para espirar el aire por la nariz.

Para evitar conflictos con el nadador del costado la regla es no salirse del riel o canal en la que la piscina se divide longitudinalmente. Había una señalización pintada en el piso de la piscina que servía como guía. Esta era visualizada abriendo los ojos dentro del agua para observar las rayas pintadas que separaban un carril de otro. Se trataba además, para avanzar con fluidez, de batir los pies alternativamente con los dedos estirados sin flexionar las piernas, en un movimiento oscilante de las caderas de arriba hacia abajo, al tiempo de evitar la flexión aguda de los brazos al momento en que uno de ellos entra al agua mientas el otro avanza en sentido contrario.

Si en el río se avanzaba casi como “saltando” colocando el peso del empuje en las patadas dadas al agua, aquí la fuerza mayor de la propulsión debería recaer en la parte superior de la espalda y los brazos, en el tórax. El objetivo del proceso era a toda costa mejorar la velocidad del desplazamiento y así tener la posibilidad de obtener records deportivos cada vez más cercanos al promedio regional o nacional.

Me di cuenta, mucho después, que aprender la técnica requería una buena dosis de mentalización y cierta voluntad de “ser alguien” es decir desarrollar una autoestima bien alta. Lo que en el río se aprendía de modo sensitivo y emotivo en una relación de diálogo con sus oleajes, corrientes, sus remolinos, y los amigos, ahora el aprendizaje tenía una cuota importante de conocimiento y reproducción mecánica del procedimiento enseñado.

Esta disciplina implicaba una relación de distancia entre sujeto nadador y objeto agua, que ahora puedo reflexionar. Si antes mi cuerpo era parte del río y viceversa, ahora mi mente organizaba los movimientos de un cuerpo que ya no formaba parte de la naturaleza sino algo externo y extraño a éste. El cuerpo debería obedecer y sujetarse a los dictados y a la comprensión que la mente tenía de cómo “domar a la naturaleza”. Como es conocido para los que practican esta disciplina, gradualmente y como producto de este esfuerzo, el cuerpo adquiere una conformación física muy particular lo mismo que una mente que “sabe lo que quiere” y que no admite sorpresas.

En todo esto, y observando a la lejanía, no creo que fueron suficientes las enseñanzas y la práctica de la educación física impartida. Entiendo que es todo el sistema en su conjunto, el que colabora para lograr este fin, es decir: hacer del estudiante, en este caso de mí, alguien capaz de estar en posesión de conocimientos, virtudes, destrezas y pasiones para dominar la naturaleza. Esto es lo que creo que penetró en mí ser, y sólo entonces la transformación de mi persona que la educación física exigía pudo ser completada.

Al cabo de un año y con entrenamientos semanales me convertí en un alumno aplicado y empecé a llegar a la meta entre los primeros de la clase. Me aprobaron finalmente en esta materia, y así estuve por unos tres años, compitiendo con mis colegas para ver quién llegaba primero a la meta. Con estos méritos y modos de entender la vida regresaba a mi pueblo al finalizar cada año escolar.

Mi padre, a los pocos días de llegado y en plenas vacaciones escolares y en una época de lluvias torrenciales, me llevó a las faenas matutinas de pesca en el río Huallaga. Le había contado a él, a mi madre, y hermanos lo bien que me había ido con el curso de educación física. Esto mi padre lo evaluaba a su manera. Salimos de casa, a probar mi nueva maestría, a eso de las 4 de la mañana, y ya a las 5 hubo que meterse al río para extraer los peces como lo hacía antes de migrar al colegio en Huánuco. En mi niñez, participé en faenas de pesca con barbasco, pasando por métodos como el espinel, anzuelos, la atarraya, con las manos, bolsas (jicras), redes tipo bolichera, etc. y otros no tan santos como los tiros de dinamita.

En la mayoría de las faenas de pesca había que nadar con la cabeza sobresaliente para ver los peces y al grupo de pesca, si no lo hacías así, corrías el riesgo de chocarte con un tronco o cualquier material que el río acarreaba. Había además que respirar profundo y lo suficiente como para bucear a ciertas profundidades donde yacían algunos peces semimuertos, y no de a poquitos y según el ritmo de las brazadas, como me habían enseñado.

Como es de suponer, mi forma de nadar aprendida en la piscina del colegio no tenía nada o tenía poco que ver con las destrezas que el oficio de pescador reclamaba en esas circunstancias. Mi cuerpo devino en un artificio hecho no para dialogar con el río sino para vencerlo, y no en condiciones de solidaridad de grupo que la pesca exigía sino en competencia con los demás. Me volví un inútil para estas faenas, y un inútil tiene pocas posibilidades de vivir o sobrevivir en condiciones naturales. Me había vuelto además un individuo enfrentado a la naturaleza y a los ojos de mis colegas selváticos aparecía como un “amanerado”: la modernidad había hecho carne en mi cuerpo, además de haber amenazado mi dignidad.

Mi antiguo modo de nadar había sido erosionado si no destruido y el nuevo no me servía sino para competir en un área de 25 por 50 metros y 2 de profundidad. De buen acompañante en la pesca me volví alguien extraño a la vida comunal, y pude saborear en silencio la extrañeza familiar por mi actitud a la hora de ver en mi plato la presa servida en el “timbuche” (caldo de pescado) mañanero ese día triste que mi padre me llevó a probar mis nuevas destrezas: apenas un par de mojarras y no la cabeza y el costillar con la que usualmente la dueña de casa premia al buen pescador. Esta lección jamás olvidé y es la primera vez que lo narro. El restablecimiento tomó su tiempo, pero ésa es otra historia.

5. La descolonización de la educación física.

La descolonización de la educación física, si viene al caso promoverla, no es un asunto solo de modificar técnicas ni estrategias pedagógicas. Es, a nuestro modo de ver, una cuestión de entendimiento doble. Primero, del sentido y comprensión que del cuerpo tienen culturas como las andinas y las amazónicas, y segundo, del papel que juega la educación física moderna en la educación de niños y niñas rurales como urbanas: el olvido del cuerpo como entidad “sintiente” del mundo, y su subordinación a la mente.

En esta dirección, un tema primero a poner en cuestión es el modelo universal de cuerpo y de modo de vida impuesto en la modernidad por el mercado. La impresión que tenemos es que en la actualidad el prototipo de cuerpo que prevalece en la educación física es la del hombre urbano, profesional y empresario: un mecanismo adiestrable.

La educación física impartida en los gimnasios, ahora convertida en un negocio lucrativo, habla mucho de esta perspectiva. El cuerpo campesino; el cuerpo del pescador; el del montaraz, el del artesano, no están dentro de los modelos de cuerpo al que se refiere la educación física. Poco o nada sabemos del concepto de “cuerpo” si es que esto existe en las culturas amerindias.

Lo intercultural no puede circunscribirse a observar la educación física, sólo: “a partir de los juegos u danzas tradicionales o populares de una región” como lo hace el DCN(13); se requiere de una comprensión más profunda que vaya más allá de lo físico-biológico. El cuerpo no es sólo materia sostén biológico de lo humano, y lo físico no es sólo movimiento de esta entidad material.

El cuerpo siendo sede de lo sensorial nos coloca en relación con el mundo más que humano haciendo comprensible el mundo que nos rodea. Hasta ahora los sentidos han sido entendidos como órganos informadores del cerebro (el componente energético del conocimiento) en el que se produce una representación mental de la cosa aprendida con la que el individuo se proyecta sobre la realidad.

En esta dirección, entre sentido y mundo externo se establecen límites o campos cerrados, por el cual, un sentido capta el mundo y lo trasmite a la mente donde se organiza el saber para luego volver sobre los sentidos en un operar recursivo sobre éstos y el mundo externo. La mente coloca lo aprehensible delante de él en forma de una representación y de éste modo conoce. Sostenemos con Abram que existe además una comprensión humana sensorial del mundo más que humano.

La comprensión sensorial del mundo no presupone una percepción caótica y fragmentada de la naturaleza que requiere del concurso de la razón para conferirle sentido y orden. A través de lo sensorial se puede tener la percepción de coherencia y unidad. Como dice el filósofo David Abram:

El cuerpo que siente no es un objeto autocontenido, sino una entidad abierta, incompleta. Esta apertura es evidente en la disposición de los sentidos: tenemos estas múltiples formas de encontrar y explorar el mundo. Escuchar con mis oídos, tocar con mi piel, ver con mis ojos, saborear con mi lengua, oler con mi nariz, y todas estas facultades o vías continuamente abiertas hacia afuera del cuerpo que percibe, como sendas diferentes que divergen al salir de un bosque. No obstante, mi experiencia del mundo no es fragmentada; no vivencio comúnmente la apariencia visible del mundo como de alguna forma separable de su aspecto audible, o de las innumerables texturas que se ofrecen a mi tacto. Cuando el gato local viene de visita, no tengo experiencias distintivas de un gato visible, un gato audible, o un gato que puedo oler; más bien, el gato es precisamente el lugar donde estas modalidades sensoriales separadas se juntan y disuelven una en otra, combinándose además con una cierta sensación táctil peluda. De este modo, mis sentidos divergentes se encuentran entre sí en el mundo circundante, convergiendo y mezclándose en las cosas que percibo. Podemos pensar del cuerpo que siente como una especie de circuito abierto que sólo se completa en las cosas, y en el mundo. La diferenciación de mis sentidos, así como su convergencia espontánea en el mundo en general, garantiza que soy un ser destinado a la relación: es primordialmente a través de mi comprometimiento con lo que no soy yo, que realizo la integración de mis sentidos, y vivencio en consecuencia mi propia unidad y coherencia (Abram 2000:128).

En esta relación desaparece la división sujeto-objeto para dar paso a relaciones de diálogo entre los seres del mundo. No hay más un individuo cognoscente ni un objeto a conocer. La naturaleza no aparece caótica esperando una razón que la ordene. La naturaleza y el hombre se realizan en la acción colectiva. No existe sabiduría por separado. No es que el hombre se hace sabio y la naturaleza sea un medio para alcanzar esta sabiduría. Ambos se vivencian como incompletos, y la sabiduría brota en la relación de afecto y compromiso entre los que conversan. Como señala Merlau-Ponty: “Toda percepción exterior es inmediatamente sinónima de cierta percepción de mi cuerpo, como toda percepción de mi cuerpo se explicita en el lenguaje de la percepción externa” (Merlau-Ponty, 1997: 222).

Agreguemos a lo señalado por Abram, que en culturas como la andina el cuerpo no es una entidad discreta separada del resto, sino un elemento, diríamos una persona más del tejido de la naturaleza. Una situación parecida a la que observa Sylvia Marcos en Mesoamérica. Marcos(14) (Ob.cit:32,33) refiriéndose a las prácticas tradicionales de sanación con plantas medicinales en Mesoamérica, dice del cuerpo:

Para las prácticas medicinales tradicionales, el cuerpo es poroso, permeable y abierto a las grandes corrientes cósmicas. No es de ninguna manera un bulto de sangre, vísceras y huesos contenido por una bolsa de piel, como el cuerpo que tiene el individuo moderno. Tampoco es el terreno inerte de las prácticas anatómicas. Lo que se lee en el cuerpo mesoamericano son signos de relaciones con el universo. Inversamente, el mundo exterior es rico en signos que hablan del pequeño universo que es el cuerpo.

En los Andes, cada cuerpo es en sí mismo un ayllu interno (familia humana, natural y sagrada) similar al ayllu externo. Para los aymaras, la mujer (humano) es al mismo tiempo Virgen (deidad) y Pachamama (naturaleza). Existe una suerte de isomorfismo entre mundo exterior y mundo interior.

El cuerpo es así un tejido atado al tejido del pacha externo del que forma parte, un universo “íntimo” vinculado con el universo externo a la persona. Como diría Merleau-Ponty:

La cosa, el mundo me son dados con las partes de mi cuerpo, no por una “geometría natural”, sino en una conexión viva comparable, o más bien idéntica, con la que existe entre las partes de mi cuerpo” (Merlau-Ponty, M. Ob. Cit.: 220).

Cada persona, en la visión andina, posee además un ánima que cuida y protege este ayllu interno, un ánima que puede migrar del cuerpo y dejar a éste sin su sostén vital, una situación que si no es atendida a tiempo puede originar la muerte de la persona. Al ánima es así parte de este ayllu interno.

El cuerpo deviene así en un “cuerpo de cuerpos” enlazado a los cuerpos que anidan el pacha o mundo más que humano. Este lazo que anuda es el agua. Como sostiene Grillo:

Las aguas superficiales nos lavan y nos refrescan el cuerpo. Las aguas internas son de dos clases: las rojas, esto es, la sangre que nos da la vitalidad personal, y las blancas, esto es, los fluidos sexuales de las mujeres y los hombres que nos dan la fertilidad y con ello la continuidad de la vida a través de las generaciones (Jimenez, 1994). Igual que en los otros seres vivos. Por eso es que, por ejemplo, el agua de un Puquio, del manantial, (aguas internas) de un cerro Apu macho puede fecundar a las mujeres (Grillo, E: 1994:136).

La sangre -el agua roja- no sólo es parte constitutiva de los humanos sino que es un fluido que se halla en la trama constitutiva que une a las entidades que pueblan su microcosmos llamado localmente “pacha”. La sangre no sólo está en cada uno sino que es el hilo dinámico que junta, vincula y eslabona a todo lo vivo, como señala Belaúnde:

El mecanismo hidráulico de la sangre circula dentro del cuerpo y también fuera del cuerpo, uniendo en su curso a los cuerpos de las personas que están en contacto las unas con las otras (Belaúnde, 2008: 68).

Pero la sangre y los otros fluidos no son sólo, en la visión de algunas culturas, la que confiere vitalidad personal y permite la regeneración de la vida, como señala Grillo. Por la sangre circulan también los saberes, pensamientos y la memoria. No olvidemos que los aymaras señalan que: “todo lo que sabemos está guardado en nuestro corazón”. La residencia del saber se halla en el corazón. Como indica Rigoberto Ticona Jimenez de la comunidad de Chachacumani, Puno:

En esta vida no todos podemos aprender rápido y lo que hemos aprendido, no podemos mantener todo por igual, lo que hemos aprendido no está en nuestra cabeza, sino está en nuestro corazón, por eso decimos el saber está en nuestro corazón (chuymajanqihua), también otros dicen que se olvidan muy rápido lo que han aprendido (chuymaphusa) (Apaza y Espillico, 2006: 10).

En esta dirección, Belaúnde, afirma en consonancia con Marcos, que: “El cuerpo no es una entidad meramente biológica que sirve de apoyo a las identidades y los papeles sociales que constituyen la persona social”, y apoyándose en Seeger (Seeger, et.al(15). Cit. por Belaúnde, ob.cit:25) añade: “El cuerpo es el instrumento, la actividad que articula significados sociales y cosmológicos; el cuerpo es una matriz de símbolos y objetos de pensamientos”.

Los aymaras, en este sentido, llaman al alimento que se ingiere “trama” (qepa), que implica una visión del mundo como tejido. Una trama que enhebrada a la urdimbre, que es el cuerpo, permite conservar y regenera el tejido (el pacha) de la vida.

Nos parece de interés estas notas para estimular la comprensión del cuerpo desde la diversidad cultural. Si se descuida este aspecto, lo “normal” será decidido, como lo es hasta ahora, por patrones externos a la vida rural indígena en la que se hallan los niños y niñas de las escuelas rurales andinas y amazónicas. A nuestro modo de ver, la educación física actual que llega a las escuelas rurales invisibiliza lo diferente universalizando el modelo citadino.

La segunda cuestión a debatir es el de la racionalidad instrumental, y con ella la noción de medios y fines, que ha hecho del cuerpo un medio y no un fin en sí mismo, siendo la vida deportiva actual su expresión más acabada. Las empresas “alquilan” cuerpos, “jóvenes promesa” lo llaman, luego de un cálculo detallado de costo-ganancia, y ya se sabe lo que ocurre cuando el balance es negativo.

Salirse del marco de esta racionalidad implica revisar la concepción actual de un hombre dominando tanto la naturaleza suya como la externa, y volver quien sabe a un nuevo “contrato” entre humanos y naturaleza bajo nociones de equivalencia y de armonía entre mente, cuerpo, todos ellos con el mundo más que humano.

Una tercera cuestión a debatir es la separación existente entre vida sería asociada al trabajo, y vida asociada al juego, como si fueran dos momentos separados de la vida. En la vida andina chacarera no existen medios ni fines, ni circunstancias serias y otras graciosas. Del denominado pukllay quechua que se traduce usualmente al castellano como juego sólo podemos decir que es un momento más intenso de relación cordial y festiva entre humanos, y entre humanos y naturaleza realizada durante todo el ciclo agropecuario. La vida andina no separa labor de fiesta.

El trabajo como concepto aparece cuando existe separación entre hombre y naturaleza, y siempre asociado a una actividad que enfrenta a un humano sacrificado que con medios técnicos transforma en su beneficio a la naturaleza. En este contexto, el cuerpo es un medio que tiene la mente para dominar a la naturaleza.

Lo que está sucediendo con el cuerpo en la vida humana moderna es lo mismo que les está ocurriendo a los cerdos, los pollos, vacunos, y semillas, es decir la manipulación más desaforada de la vida con fines de negocio. Es hora pues de pensar en el cuerpo y con ello en otra concepción de la relación con la naturaleza más cerca de una relación cordial y de simpatía que de manipulación y dominio.

Con todo lo expresado en estas páginas, no quiero decir que en las escuelas rurales andinas o amazónicas se suspenda el fútbol, el vóley, el básquet o la natación. Nada más lejos de lo que sostengo. Mi objetivo es explorar escenarios donde la diversidad de modos de vida y con ella la diversidad de movimientos corporales y sentidos de lo que llamamos “cuerpo” encuentre un lugar en lo que ahora conocemos como educación física. Sí solo tomamos uno de ellos como referencia, sea éste incluso el andino, podemos como docentes continuar la vieja prédica colonizadora, evitando lo que ahora es una demanda comunera: hacer de la educación un ejercicio de crianza de la diversidad cultural.

Bibliografía.

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Rifkin, Jeremy. Time Wars (Guerras del Tiempo), Nueva Cork: A Touchstone Book, 1989. En: Gronemeyer, M. “Ayuda”. En: Diccionario del Desarrollo. Una guía del conocimiento como poder. Wolfgang Sachs, editor. PRATEC. Lima, 1996, pp: 15.

NOTAS:

(1) La primera versión de este artículo fue publicado en marzo del año 2011. Rengifo, G. La interculturalidad y la educación física en la escuela rural andina. En: Epistemologías en la educación Intercultural. PRATEC, Lima, 2009: 170-181.

(2) Datos a marzo del 2011.

(3) Si bien en el DCN (diseño curricular de educación en el Perú) en la sección: “fundamentos del área de educación física” se critica el enfoque dualista que separa mente de cuerpo, y se asume un enfoque llamado “global”, nuestra impresión por lo que decimos luego, es que el sistema educativo en su conjunto no ayuda a superar el enfoque dualista. Si fuese diferente el coeficiente aplicado al cuerpo sería igual al aplicado a la mente, pero como sabemos eso no es así.

(4) En el dominio del cuerpo se asocia nuestros componentes biológicos -que nos permiten hablar, comer, observar- con nuestro comportamiento físico que nos permite desplazarnos como una unidad en un entorno bajo la forma de posturas corporales influidas por nuestras emociones.

(5) Como argumenta Walter Frontera -Presidente de la Federación Internacional de Medicina del Deporte (FIMS)- respecto a la relación entre nutrición y adiestramiento corporal: “la dieta tiene que ser específica para el deporte que se practica, porque la de un gimnasta es diferente a la de un corredor de corta distancia, a la de un maratonista o la de alguien que hace tiro al arco. Hay que conocer el deporte que se practica para elaborar la dieta adecuada”. En: In Febrero 09. Magazine de LAN.pp:66.

(6) “La ideología de la eficiencia -hacer el doble con el mismo gasto (anadido del autor)- es utilizada para cubrir la verdad desnuda de la necesidad de los patrones de controlar a los trabajadores” En: Apff el Marglin, F. Bosque Sagrado. Una mirada a género y desarrollo”. Centro de Aprendizaje Mutuo, y PRATEC. Lima, 1995:30. Una reflexión similar a la que Apff el Marglin hace sobre el modo de producción industrial se puede extender a las empresas deportivas que contratan o financian a los jugadores.

(7) Galeano, Eduardo. El FUTBOL a sol y sombra. Siglo XXI. Madrid, 1995.

(8) Los psicólogos definen el estrés como: “la experiencia emocionalmente negativa acompañada por cambios predecibles a nivel bioquímico, fisiológico, cognitivo y conductual y que están dirigidos ya sea para alterar el evento estresante o para adecuarse a sus efectos (En: Taylor, S. Psicología de la Salud. Mac Graw-Hill Interamericana. México, 2007: 153).

(9) Máximo Rainuzzo, socio de la consultora de posicionamiento de marcas Infobrand, dice por ejemplo algo que considero debemos reflexionar: En un mundo donde el estar bien y conseguir la vida eterna es tan importante, vincularse con los deportes es fundamental para los negocios (Máximo Rainuzzo, en: Duer, ob.cit: 52)

(10) Foucault en la “Microfísica del Poder”, dice: “El dominio, la conciencia de su cuerpo no han podido ser adquiridas más que por la ocupación del cuerpo por el poder: la gimnasia, los ejercicios, el desarrollo muscular, la desnudez, la exaltación del cuerpo bello…, todo está en la línea que conduce al deseo del propio cuerpo mediante un trabajo insistente, obstinado, meticuloso que el poder ha ejercido sobre el cuerpo de los niños, de los soldados, sobre el cuerpo sano. En: Foucault, M. Poder-Cuerpo. En: Microfísica del Poder. 6, 1979. Madrid: Ediciones de La Piqueta.

(11) El cuerpo sólo se convierte en fuerza útil cuando es a la vez cuerpo productivo y cuerpo sometido... puede existir un "saber" del cuerpo que no es exactamente la ciencia de su funcionamiento, y un dominio de sus fuerzas que es más que la capacidad de vencerlas: este saber y este dominio constituyen lo que podría llamarse la tecnología política del cuerpo En: Foucault, M. Vigilar y Castigar, 2003: 18

(12) En un anuncio publicitario del primer Maratón Lima 42K, aparecido en la Revista “Somos” No. 1157. pp:17 del diario El Comercio de Lima, de fecha sábado 7 de Febrero del 2009, se lee: “Este 31 de Mayo mi mente le demostrará a mi cuerpo de qué estoy hecho”. Al parecer la Maratón en cuestión la promueve la firma “Adidas”.

(13) Esto ya lo había sugerido Arguedas como anota Wilfredo Kapsoli, refiriéndose a él, dice: “Arguedas sostuvo... que ciertas danzas andinas era propicias no sólo para cultivar el arte sino también el cuerpo a través de los movimientos gimnásticos y coreográficos”. En: Arguedas, José María. Nosotros los maestros. Editorial Horizonte, Lima, 1986:17.

(14) Marcos, Sylvia. Tomado de los labios: género y eros en Mesoamérica. Abya Yala. Quito, 2011.

(15) Seeger, Anthony; Roberto Da Matta, y E. Viveiros de Castro. A constrocao da pessoa nas sociedades indígenas no Brasil. En: Oliveira Joao Pacheco de (org). Sociedades indígenas & indigenismo no Brasil. Río de Janeiro. Editora UFRJ Marzo Zero, 1987:11. Estos autores afirman: “En la mayoría de las sociedades indígenas de Brasil, esta matriz ocupa una posición social organizadora central. La fabricación, decoración, transformación y destrucción de los cuerpos son temas e torno a los cuales giran mitologías, la vida ceremonial, y la organización social. Una fisiología de los fluidos corporales -sangre, semen- y de los procesos de comunicación del cuerpo con el mundo (alimentación, sexualidad, habla y demás sentidos) parece subyacer a las variaciones considerables que existen entre las sociedades sudamericanas, bajo otros aspectos (traducción de Belaúnde).

 


 

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OBSTÁCULOS ACTITUDINALES A LA INNOVACIÓN TRANSFORMACIONAL HACIA LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL BILINGÜE EN EL PROGRAMA DE AGRONOMÍA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE HUANCAVELICA

 Por: Constantino Calderón Mendoza
Universidad Nacional Agraria, La Molina, Lima

 

I Introducción

El departamento de Huancavelica está ubicado en los Andes centrales del Perú; con una población de 459,988 habitantes al 2004 [Ministerio de Salud (s/f)], ubicándose más del 70% en el área rural campesina. Asimismo, tiene 565 comunidades campesinas originarias (Alarcón, 2008:19) de habla quechua.

Igualmente, éste es la lengua materna y de uso diario de alrededor del 90% de la población.

Por otro lado, en 11 departamentos quechua hablantes funcionan igual número de carreras de agronomía en las universidades estatales (ANR, 2008). En todas ellas el programa de estudios está fundado en una relación asimétrica entre la cultura de las comunidades indígenas quechuas y la cultura académica de la universidad in situ. De este modo, también la formación agronómica impartida en la Universidad Nacional de

Huancavelica (UNH), desde su fundación ocurrida en el año 1993, es de carácter monolingüe y monoepistémica; es decir, la formación del agrónomo es sólo desde la visión de Occidente moderno, lo que resulta en una profesión de carácter monocultural.

Por lo mismo, es lógico que se piense en una innovación transformacional de la carrera de agronomía para superar esa relación asimétrica naturalizada en el espacio regional donde el saber precolombino agrícola se mantiene denso y vigente en las comunidades campesinas, muy a pesar de la presencia de la agronomía que, según Apffel-Marglin (2004), ejerce una práctica suplantacionista.

II. Pregunta y objetivo de la investigación

En la comunidad académica de agronomía de la UNH ¿qué obstáculos actitudinales hay a la innovación radical del programa curricular de agronomía hacia la formación intercultural bilingüe?

El objetivo de este trabajo, de carácter exploratorio y estudio de caso, es determinar algunos obstáculos actitudinales en la comunidad académica de agronomía a la propuesta de innovación transformacional del programa de estudios hacia

intercultural-bilingüe (ICB).

III. Metodología

Se aplicó una encuesta estructurada a la comunidad académica de agronomía de la UNH. Esta comprendía un conjunto de preguntas que incluyó ítems tipo Likert (con escala de respuestas de uno a nueve) sobre la actitud de los estudiantes y profesores de agronomía acerca de la agricultura campesina andina originaria y la lengua quechua propuestas como parte de innovación del currículo del programa de estudios de agronomía; asimismo el cuestionario contenía preguntas acerca de la agronomía. El número de preguntas aplicadas a los estudiantes fue 61 y a los profesores 84.

Por otro lado, la población matriculada de estudiantes en el semestre I-2009 fue de 250 y 18 el total de profesores. La encuesta se aplicó a una muestra de 48 estudiantes, en la que el 12.5%, 22,9%, 16.7%, 29.2% y 18.7% provenía de cada uno de los cinco años de estudio en orden ascendente. A los estudiantes participantes se seleccionaron al azar dentro de cada año de estudio, bajo el criterio de muestra constituida por el 20% de la población. La primera encuesta se aplicó el 29 de junio del 2009, tanto a estudiantes así como a los profesores; y a los 10 días se aplicó por segunda vez a la misma muestra de estudiantes, ya que el objetivo metodológico también era seleccionar, para un segundo trabajo, las preguntas que tuvieran mejor consistencia de respuesta. De este modo, para el efecto de este trabajo, se tomaron 32 estudiantes que participaron regularmente en ambas encuestas. Y en este grupo se seleccionó aquellas preguntas en las que más del 60% de estudiantes dieran, tanto en la primera como en la segunda vez, la misma respuesta y/o en la misma dirección (favorable o desfavorable). El grupo seleccionado estuvo conformado por entre tres y 14 estudiantes de cada uno de los cinco años de estudio, con edades comprendidas entre 17 a 29 años, y 63% varones. En el caso de los profesores, ateniéndose a su estatus, se tomó una sola vez la encuesta a 11 de ellos, que de manera voluntaria accedieron a colaborar; los mismos estuvieron compuestos por profesores que enseñan diferentes asignaturas en diferentes años del total escolarizado, con dos a 17 años de labor docente, con estatus de Jefe de Práctica hasta Principal, con grados de bachiller hasta doctor, y autoridades académicas.

IV. Resultados y Discusión

La actitud ampliamente predominante de la comunidad académica de agronomía de la UNH ante la pregunta directa de propuesta de formación ICB del agrónomo es de aceptación. El 97% de los estudiantes encuestados aceptan; y el 91% de los profesores también. Del mismo modo, el 91% de ellos piensan que los campesinos aceptarían. Igualmente, el 61% de los estudiantes y el 73% de los profesores creen que las autoridades académicas aceptarían. Por otro lado, el 100% de los profesores piensan que los estudiantes aceptarían; sin embargo, sólo 55% de ellos y el 69% de los estudiantes piensan que sus colegas (o sus profesores) aceptarían.

Cuando el conjunto de preguntas, tipo ítems Likert, fue evaluado, continúa siendo favorable la actitud de los estudiantes a la incorporación de los saberes originarios agrícolas andinos y la lengua quechua en sus propios términos epistémicos y culturales. El 64% muestra actitud favorable, donde el 29% de ellos se sitúa en “De acuerdo” y el 20% en “Totalmente de acuerdo”, con el valor promedio Likert de 6.1 (“De acuerdo”). En el caso de los profesores, la actitud resulta desfavorable al ICB, con valor promedio Likert de 4.9 (“Algo en desacuerdo”); el 50% de ellos se muestra desfavorable, donde el 24% y el 15% están “Algo en desacuerdo” y “En desacuerdo” respectivamente.

En esta evaluación de los profesores explícitamente favorable, y menos favorable cuando la información sobre el objeto de actitud no es directa, de acuerdo a Briñol y otros (2004), se estaría en un caso de debilidad manifiesta de funcionamiento de actitud frente a la agricultura campesina; es decir, no tendrían una actitud definida sobre el valor de la agricultura campesina en un contexto tan complejo como es la relación asimétrica entre la academia agronómica y la comunidad campesina no pensada (o pocas veces) desde la academia como paridad.

En contraste, la actitud de los profesores con respecto de la agronomía es bien definida, con valor Likert de 6.6 equivalente a “De acuerdo”; pero en los alumnos la actitud es menos intensa, con valor Likert de 5.4 con nominación de “Algo de acuerdo” comprensible con su condición de estudiantes y de procedencia rural quechua en 69% de la muestra.

Las actitudes favorable de la mayoría de los estudiantes y desfavorable de la mayoría los profesores hacia ICB, continúa manifestándose como una tendencia cuando se considera desde los diferentes componentes de la agricultura andina campesina que tendrán que ser el sostén epistémico y cultural de la incorporación en la formación ICB del agrónomo. Así, el 66% y el 44% de los estudiantes encuestados consideran que el quechua, frente al inglés (y otros idiomas internacionales y lenguas nacionales) 4, es el idioma del futuro y de interés personal respectivamente; mientras sólo el 4% y el 7% de profesores consideran así respectivamente. También, en palabras asociadas a actitudes implícitas, los estudiantes se muestran más favorables hacia lo campesino que los profesores. El mayor porcentaje de estudiantes que el de los profesores asocian el chakitajlla 5 con el libro; igualmente piensan que el campesino también estudia; pero ambos asocian el campesino más con “solución” que con “problema”.

La tendencia actitudinal menos favorable de la mayoría de los profesores de la muestra hacia la agricultura campesina, estaría influida por sus evaluaciones automáticas que Briñol y otros (2004) refieren. Esta es la reacción menos pensada frente a un objeto de actitud. En este caso, de hecho tiene que ver con las representaciones sociales que los profesores tienen, al que refiere Gonzáles y Cornejo (1993) tomando de Durkheim, en el sentido de que ellos por su formación y ocupación han naturalizado.

Entonces, hay más de un indicador para pensar que los profesores serían los menos entusiastas de innovar el currículo hacia ICB; coincidentemente, tanto los estudiantes como ellos mismos así lo expresan. Lo que ocurre es que el profesor tiende a habituarse en su carga académica, por la misma exigencia de la especialización. Esto es importante tomar en cuenta, ya que también asume cargos ejecutivos en la organización académica; invita seriamente a pensar en una estrategia motivadora reflexiva de desarrollo de actitud receptiva hacia ICB. Sin embargo, en opinión de ellos mismos, al parecer hay una fortaleza interna y externa pertinente que podría demandar el giro hacia ICB en la formación del agrónomo. Estos son los estudiantes y los campesinos.

En otras asociaciones de palabras, “analfabeto” es la que los estudiantes más asocian con el campesino, y los profesores “solución”. Ambos asocian al agrónomo con “objetividad” y “solución”, pero más lo hacen los estudiantes. Igualmente, el mayor porcentaje de estudiantes asocia “subsistencia” y “moderna” con la agricultura campesina y la agricultura tecnificada respectivamente. Los profesores también así lo asocian; pero en menor porcentaje que los estudiantes. El 36% de los profesores y el 34% de los estudiantes priorizan la palabra “andina” al establecer el multiculturalismo 6 del Perú.

En términos de innovación, tanto el 90% de estudiantes y el 83% docentes prefieren una innovación del programa hacia más científica y técnica. Pero cuando la pregunta es directa, la mayoría de los estudiantes prefieren una innovación hacia ICB, y la mayoría de los profesores prefieren una innovación con componentes de tecnología de punta. Lo que ratifica los anteriormente mencionados. Un dato a tomar en consideración es el hecho de que el 69% de los estudiantes encuestados indican que su zona de origen natal es rural; y sólo el 50% en el caso de los profesores que a su vez son todos varones. Esta diferencia explicaría la tendencia mayoritaria de los estudiantes a tener actitud favorable hacia lo campesino; resultando contrario a lo que se piensa que el estudiante es generalmente reflejo del profesor7.

El 45% de los profesores encuestados manifestaron que son de origen rural, pero más de este porcentaje eligieron la “cultura andina” como prioritaria en el contexto multicultural del Perú. Entonces esto indicaría que esta elección tiene componente académico, además del sentimiento; mientras que en el caso de los estudiantes, indicaría que no siempre utilizan el término “andino” como identidad, ya que la procedencia rural de ellos supera el 69%, y la elección por la “cultura andina” no alcanza este porcentaje.

En la universidad la interacción intra-grupal de aprendizaje es una vía constante de interiorización de la nueva cultura académica, monocultural y monoepistémica, como dictámenes de la sociedad dominante (Hollander, 2000). Esta emergencia de una nueva manera de pensar a que refiere Gonzales y Cornejo (1993) no elimina del todo de la actitud de los estudiantes el sentimiento de tomar en cuenta lo campesino más que los profesores inclusive. Esto es una buena señal para pensar seriamente en la innovación curricular de la formación del agrónomo a la que Apffel- Marglin (2004) señala como suplantacionista en las condiciones regionales-culturales resultando en una suerte de “colonización”.

Es claro que, tanto la mayoría de los profesores así como los estudiantes, manifiestan voluntad por la innovación de la formación agronómica; pero en direcciones divergentes. Los primeros prefieren más hacia lo uni-versal dominante en la academia, y los segundos prefieren hacia la di-versidad (o lo particular) como componte de la formación agronómica. De acuerdo a Gonzáles y otros (2007) la actitud de los educadores también podría estar asociada a la falta o reducida capacidad de emprendimiento local (Yoguel y otros, 2005), la carencia de reflexión y ausencia de generación de información dirigida localmente hacia esta densa temática invisibilizada en la academia, bajo los supuestos interiorizados de que la universidad es para la ciencia (el 100% de los profesores y estudiantes encuestados manifiestan así) y la tácita (construida) superioridad de los conocimientos científicos (manifestado por el 91% de los docentes y el 84% de los estudiantes); lo que también expresa Cisneros (2009) como función de las escuelas y la universidad: asumir las tecnologías (derivadas de la ciencia moderna).

La justificación no discutida de la demanda política de creación de la universidad es para el desarrollo de los pueblos. Sin embargo, usualmente no suele explicitarse qué se va entender, desde la universidad, por “desarrollo” y por “pueblos” en una zona como la andina donde es necesaria su definición por su densa cultura originaria vigente. Por otro lado, la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional Agraria – La Molina es un referente importante para las Facultades congéneres en otras universidades del Perú, de la que Apffel-Marglin hace una lectura de la historia de esta Facultad y encuentra que ha ejercido una función suplantacionista con respecto a la agricultura andina originaria.

Entonces, para superar esta “anomalía”, la innovación que se plantee debe tener el sentido de pertinencia intercultural que Walsh (2006) señala como el sacudimiento de esta irregularidad crónica vigente, y el reconocimiento académico y social de la episteme indígena andina para la formación del agrónomo. Este problema, por su propia naturaleza, demanda una innovación transformacional en el entendido de Leite (2009), de ruptura con el paradigma tradicional vigente y el establecimiento de una nueva relación intercultural de saberes y poderes en el seno de la ES. De acuerdo a von Hippel (1988), esta innovación implica acción en los fundamentos epistémicos, en el proceso y en los servicios para la obtención de nuevos productos como el profesional formado, las investigaciones en acción y producto; y la nueva relación con el entorno de pertinencia.

Ahora bien, si los conocimientos tienen carácter cultural como Contini (2007), tomando de Tyler, afirma; y en el paisaje andino, estos supuestos básicos originarios ha funcionado bien (Villa y otros, 2007), y dado que esta investigación refleja que hay una tendencia general de valoración del conocimiento campesino, no hay razón consistente para que las universidades continúen denegando su validez y sea enseñado a la paridad de la cultura científica occidental. Esto romperá con la imposición de manera sutil de tecnologías inapropiadas (Acevedo, 2006) que moldea un modo de vida monocultural legitimado por las instancias estatales inmerso en el modelo oficial dominante8 (Appfel-Marglin, 2004).

Estos resultados también reflejan esa cierta confianza no reflexionada en el único valor de la ciencia y tecnologías modernas en el paisaje andino, donde el sistema de educación superior subyace en una cultura burocrática que le resulta desventajosa, según Albornoz (s/f), para las innovaciones propias.

Cuando tanto una abrumadora mayoría de estudiantes y profesores encuestados, 81% y 82% respectivamente, asienten que la presencia de los estudiantes de las zonas rurales significaría la incorporación de nueva cultura a la universidad, y siendo también el mayor porcentaje de estudiantes de esa procedencia, y la universidad geográficamente ubicada allí, hay un capital potencial para el aprendizaje interactivo entre docentes, estudiantes y las comunidades campesinas como plantean Lundvall (2009) y Gonzáles y otros (2007) para la innovación.

Las innovaciones son determinadas por los paradigmas (Dosi, 1984). En el caso del paisaje andino, existe el paradigma de agricultura andina campesina que permanece invisibilizada, por el momento y por la academia agronómica, sin poder expresarse en sus propios términos. Con éste se plantea la innovación ICB de carácter local (Yoguel, 2005), tan importante como la innovación universal.

Esta falencia se tendrá que superar con la innovación transformacional puesta en acción. Esto implica que hay que romper con el modelo lineal y dependiente de innovación, en el cual están inmersas la academia agronómica desde sus inicios en estas tierras (Albornoz, 2002), para dar paso a la innovación paradigmática en la educación superior del Ande (Yoguel, 2005; Apffel-Marglin, 2004), para la emergencia de recursos y capacidades escondidas y olvidadas, orientándolos hacia la competitividad (habilidad) económica endógena y heterogénea hacia el exterior.

V. Conclusión y recomendaciones

Varios de los indicadores utilizados en este trabajo señalan que la mayoría de los profesores encuestados se muestran menos favorables a una innovación curricular hacia ICB. En cambio, la mayoría de los estudiantes se muestran más favorables hacia ICB.

Entonces, estaríamos ante una ambivalencia de actitudes frente a la valoración de la agricultura campesina, más pronunciado en los profesores y menos notorio en los estudiantes.

Los obstáculos actitudinales hacia un programa de agronomía ICB que se evidencian de los resultados, son más de carácter implícito que explícito, principalmente fundados en el asumido carácter científico de la agronomía.

Por otro lado, lo que se percibe en este trabajo es que en las actitudes implícitas están arraigados los conceptos dominantes naturalizados tales como las creencias de la superioridad de los conocimientos científicos y técnicos frente a los saberes campesinos originarios.

En esta situación caracterizada, la innovación transformacional es la que estratégicamente mejor se ajusta para el logro de la transformación curricular hacia ICB.

Para la misma, es necesario que las autoridades académicas, por la confianza que en ellas tienen tanto docentes y estudiantes, promuevan un proceso de reflexión acerca del estado de la agronomía y su episteme, y acerca del peso de los saberes andinos campesinos como otra episteme; ambos bajo la mirada intercultural planteada.

No es usual en la agronomía, por su carácter de mayor peso técnico, indagar el “cómo sabemos lo que sabemos”. En ese sentido, la situación geográfica y cultural exige hacer epistemología de la agronomía desde el propio recinto.

1. Este trabajo ha sido realizado, entre junio y octubre del 2009, como parte del tema de investigación de la tesis de candidato al Doctorado en Educación Superior.

2. Estudiante del Doctorado en Educación Superior de la Universidad de Palermo (Buenos Aires, Argentina); profesor Principal del Departamento de Suelos de la Universidad Nacional Agraria – La Molina, Perú.

3. En el programa curricular del 2007, en el IV y V ciclo se ha introducido la lengua quechua como actividades obligatorias con un crédito cada una; y la materia de Agricultura Andina con tres créditos a nivel de V ciclo.

4. En la pregunta correspondiente se consideró cinco idiomas internacionales y tres lenguas nacionales importantes.

5. Es la originaria herramienta de labranza pro excelencia.

6. Se propuso que ordenaran, por orden de importancia que consideran, las palabras: occidental, asiática, rusa, finlandesa, africana, andina, oceánica, esquimal y americana (gringo)

7. En una conversación personal sobre el tema, el Doctor Miguel Ángel Escotet refería así (17 de marzo del 2009).

8. El Dr. Antonio Arciénaga considera que la innovación es un proceso que rompe con el modelo o idea dominante (Exposición en el seminario de la materia Planificación y Desarrollo de Proyectos de Investigación (Julio, 2009).

Reconocimiento: A José Arone Gaspar, profesor de la Facultad de Agronomía de la UNH, con cuyo apoyo se hizo el trabajo de campo. Igualmente, a Miguel y Martín Calderón, por su valioso apoyo en el tratamiento de los datos.

VI. BIBLIOGRAFIA

Acevedo, J. (2006) Modelos de relaciones entre ciencia y tecnología: Un análisis social e histórico. Rev. Eureka. Enseñ. Divul. Cien., 2006, 3(2): 198 – 219.

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Albornoz, M. (2002). Situación de la ciencia y la tecnología en las Américas. Centro de Estudios sobre Ciencia, Desarrollo y Educación Superior. Bs. As. (2002) 52pp.

Albornoz, M. (s/f). Política científica y tecnológica en Argentina. En: Temas de Iberoamérica. Ciencia y Tecnología: 81-92. En: http://www.campus-oei.org/salactsi/

ANR. (2008). Resumen Estadístico universitario 2006. Ed. ANR. 95 pp.

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Briñol, P., Horcajo, J., De la Corte, L., Valle, C., Gallardo, I. y Díaz, D. (2004). El efecto de la ambivalencia evaluativo sobre el cambio de actitudes. Psicothema 2004. Vol. 16, n° 3: 373-377.

Cisneros, L. (2009). Universidad, cantidad y calidad. Diario La República (Perú) del 25 de octubre del 2009.

Contini de Gonzáles, N. (2007). Perspectivas en evaluación psicológica infanto-juvenil. Teoría y práctica. EDUNT. Bs. As. 316 pp.

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Yoguel, G., Borello, J. y Erbes, A. (2005). Conglomerados y sistemas locales de innovación. Seminario: “Conglomerados productivos, competitividad, desarrollo local e innovación”. Organizado por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva, 5-6 Octubre, 2005. Buenos Aires, Argentina. 21pp.

 


 

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EL MUNDO VIVO DE ABYA-YALA: CURSO DE CULTURA E INTERCULTURALIDAD

 Por: Luis Enrique Cachiguango Cachiguango
kachiwango@gmail.com

 

INTRODUCCIÓN A LA COLONIALIDAD DEL SABER EN ABYA-YALA Y ECUADOR

OBJETIVOS

·         Señalamos los orígenes y los procesos de la colonización mental desde Occidente hacia nuestros pueblos en lo referente a conocimiento, ciencia y pensamiento.

·         Describimos los procesos de la colonización social, económica y política de Occidente vigentes en nuestra sociedad.

·         Puntualizamos la colonización religiosa desde Occidente y sus repercusiones en la desaparición de la espiritualidad andina.

 SESIÓN 1

IDEOLOGÍA COLONIAL: DOMINACIÓN ANTIGUA Y CONTEMPORÁNEA

La ideología. Es el “sistema de concepciones e ideas: políticas, jurídicas, morales, estéticas, religiosas y filosóficas. La ideología forma parte de la superestructura (base y superestructura) y como tal refleja, en última instancia, las relaciones económicas. La ideología puede constituir un reflejo verdadero o falso de la realidad, puede ser científica o no científica.”(1) Por su parte colonia es el “territorio fuera de la nación que lo hizo suyo y que se rige por leyes especiales.” Coloniaje es “gente que puebla y cultiva un territorio inculto de su mismo país.”(2)

La ideología es la transformación de un saber en un discurso sin sentimiento ni afecto sino solamente en una conceptualización interesada de una sabiduría madurada por un pueblo o por un personaje. En este sentido las reflexiones del socialismo pregonado por Marx han sido tomados por los “marxistas” como una ideología para la búsqueda del poder político socialista, otro tanto podemos decir de la sabiduría de Cristo que ha sido distorsionada por los cristianos y transformada en una ideología para fundamentar su poder político mediante la conformación de iglesias. En la actualidad el movimiento indígena también está transformando la sabiduría milenaria Andina en una ideología sin el profundo sentimiento del Ser y del mundo con el propósito de la búsqueda del poder político.

Desde 1492, la filosofía racionalista de Occidente(3) que se impuso en América ha sido tomada en cuenta como la única verdad y la última instancia del conocimiento y en la actualidad esta misma filosofía es utilizada por Occidente como ideología llamándola como la teoría del conocimiento científico, la misma que se está imponiendo en el mundo auto-considerándose a sí misma con legitimidad de imponer su mentalidad civilizatoria uniformizante y globalizante desconociendo los saberes locales existentes. Occidente está imponiendo su ideología transformando al mundo en su colonia mediante el sistema educativo. De allí que la colonización en nuestros días ya no es evidente sino mental. Para ello, hablamos brevemente de la lucha entre el conocimiento racional y el conocimiento intuitivo.

Conocimiento racional. En nuestros días nosotros entendemos comúnmente que razonar es el modo de pensar bien, pensar correctamente o pensar sin errores. Pero, no nos damos cuenta que la palabra razón viene de la raíz latina “rattio” que significa “medida”, es decir que el aprendizaje puramente racional es el que se aprende verificando en un laboratorio, comprobando una hipótesis y midiendo una experiencia, por ello es el puntal de la ciencia occidental y el recurso principal del científico ya que está basada bajo el principio de que “ciencia es medir”, es decir la acción de filtrar todo saber bajo “UNA MEDIDA” o “rattio” a lo que generalmente llamamos como razonamiento. En este caso la razón es la forma de pensar muy particular y propio del ser humano occidental, manera de pensar que hoy por hoy se está imponiendo en el mundo a través de la educación mediante un proceso llamado la mundialización o la globalización.

En los Andes también conocemos el aprendizaje racional mediante el uso de la razón como el yuyay o el pensar, pero, hay que tomar en cuenta que la razón es considerada como el lado masculino del saber, es decir el lado activo que destruye y causa caos. Igualmente para la vida lo masculino es negativo y peligroso porque destruye y mata permanentemente y no permite su regeneración. La razón necesita de su complemento femenino (intuición) para llegar al yachana, es decir el saber profundo.

Conocimiento Intuitivo. “Intuición (del latín Intueri: mirar fijamente) Es la facultad de de conocer de modo inmediato la verdad sin previo razonamiento lógico.” (Rosental-Iudin, 2004)(4) La intuición ha sido menospreciada por el materialismo dialéctico y otras corrientes filosóficas argumentando que no contribuye al conocimiento del mundo. Este saber ha sido denominado como el saber amawtico por algunos pensadores andinos como Fausto Reinaga.

En los Andes podemos decir que este aprendizaje es el utilizado en mayor proporción que el racional porque el saber no es solamente un conocimiento de las partes por separado sino que es la comprensión de la integralidad tanto de lo tangible como de lo intangible, tanto del cuerpo como del espíritu que anima al cuerpo. Consideramos al lado femenino del aprendizaje, como el lado positivo porque por su cualidad pasiva permite el nacimiento, el crecimiento y la estabilidad de la existencia.

RAZÓN

INTUICIÓN

En kichwa razón se traduce como yuyana que equivale a pensamiento, reflexionar, entender y recordar.

Masculino.

Razón lleva hacia el conocimiento.

Saber discursivo o teórico demostrativo de la verdad. (Teoría del conocimiento científico).

Se basa en el razonamiento lógico.

Es materialista y limitante.

Es fría y calculadora.

Razonadora.

Es activa y destructora del entorno.

Modo de pensar y entender de Occidente.

Occidente razona y conoce.

En kichwa intuición se traduce como yachana que significa percibir, saber directamente, comprender.

Femenino.

Intuición lleva hacia el saber.

Saber directo mediante la contemplación directa de la verdad. (Vivencia experiencial del saber profundo).

Puede percibir sin el razonamiento lógico.

Es materialista-espiritual y no es limitante.

Es afectiva y emotiva.

“Sentidora”.

Es pasiva y respetuosa del entorno.

Modo de percibir, saber y comprender andino.

Los Andes intuye y proporciona para saber.

 

Los pueblos andinos de hoy también estamos olvidando el aprendizaje intuitivo y solamente nos estamos orientando hacia el aprendizaje racional. Utilizar el lado intuitivo no significa dejar de lado el lado de la razón sino que es la búsqueda del equilibrio entre el uso de la razón y la intuición. Pero si hablamos desde el corazón de los pueblos andinos podemos decir que si yuyana o la razón es el puntal de la ciencia occidental, por lo tanto es el paradigma de Occidente, el yachana o la intuición es el puntal del saber andino y por lo tanto es el paradigma de los Andes situación que nos obliga a cuidarnos de usar ciertas terminologías del español para hablar sobre el mundo andino.

“Entonces para la descolonización del mundo andino, “razonar” significa una acción contraria a descolonizar. Sin embargo para nuestra cultura; esta manera de pensar occidental o “razonar”, no sería ni correcta, ni exacta, es mas sería CONTRAPRODUCENTE USAR “EL RAZONAMIENTO” O LA “RAZÓN” PARA DESCOLONIZAR A NUESTROS HERMANOS, pues el INDÍGENA NO RAZONA, más bien se debe decir: EL INDÍGENA PROPORCIONA, dado que “Proporcionar” es la manera de pensar particular, justa y correcta de nuestra cultura andina.”

“El “modo de pensar” indígena conlleva no una “medición”, sino más bien UNA PROPORCIÓN. El científico indígena y el hombre común indígena, NO RAZONAN, más bien PROPORCIONAN, tratan de encontrar el equilibrio de las cosas que estudian o investigan, es decir someten las cosas a un sistema de dos medidas que se complementan y proporcionan, se equiparan o se equilibran. Siguiendo este procedimiento es que surge la “ILLA” o “iluminación de la mente” o sabiduría indígena. Es por esto que postulamos que cuando se hable de “razón indígena”, se debería hablar con mejor propiedad de PROPORCIÓN INDÍGENA, que es nuestra “manera de pensar”. Este concepto y contenido es sin lugar a dudas el PARADIGMA fundamental, LA “VIGA MAESTRA” O “PACHATUSAN” de la epistemología andina.” (Lajo, Javier, 2004)(5).

Cabe señalar que estas dos formas de aprendizaje existen en todos los pueblos del mundo cuya forma de usar la razón y la intuición en su mayor o menor proporción ha sido el factor que ha marcado la característica cultural. Generalmente las culturas milenarias han utilizado el aprendizaje intuitivo en su mayor proporción que la racional y por ello hasta este momento existen logros y saberes que aún son incomprendidos por la modernidad. Por su parte Occidente se ha inclinado solamente hacia el aprendizaje por la razón, aspecto que está conduciendo hacia una desnaturalización y deshumanización del ser humano con el mundo. Los pueblos originarios andinos disponemos de un recurso importante para “humanizar” la ciencia en el mundo de hoy, esta herramienta es la utilización del lado intuitivo del aprendizaje.

 TRABAJOS COMPLEMENTARIOS

1)      CONFORMAMOS GRUPOS DE TRABAJO Y CON REFLEXIONES COMPARTIDAS RESPONDEMOS A LAS SIGUIENTES PREGUNTAS:

v  ¿Cuál es el mensaje original de Marx y cuál es la ideología y práctica del socialismo según los partidos políticos izquierdistas?

v  ¿Cuál es el mensaje original de Cristo y cuál es la ideología y práctica de los cristianos del mundo de hoy?

CON LAS RESPUESTAS SURGIDAS DEL GRUPO, DEFINIMOS QUE ES LA IDEOLOGÍA

2)      CONFORMAMOS GRUPOS DE TRABAJO Y MEDIANTE REFLEXIONES COMPARTIDAS ANALIZAMOS Y RESPONDEMOS LAS SIGUIENTES INTERROGACIONES:

v  ¿Por qué el yuyana kichwa es equivalente a la razón occidental? Damos como fundamentos 10 ejemplos.

v  Por qué el yachana kichwa es equivalente a la intuición occidental? Damos como fundamentos 10 ejemplos.

v  ¿Qué es la teoría del conocimiento científico occidental? Fundamentamos con 10 ejemplos.

v  ¿Existe una “teoría del conocimiento” para los Andes? Fundamentamos con 10 ejemplos.

 

SESIÓN 2

COLONIZACIÓN SOCIO ECONÓMICA Y POLÍTICA

“El opresor es incapaz de descubrir,

es el oprimido el que descubre al opresor.

El opresor ni siquiera puede descubrirse a sí mismo.

La verdadera realidad del opresor sólo se puede ver desde el oprimido.”

Ignacio Ellacuría (español asesinado a balazos por el ejército salvadoreño)

Colonización a nivel social. Si la colonización es parte del sistema mental humano, también es cierto que la sociedad de hoy está dirigida por una educación colonizante orientada solamente hacia el tener y no hacia el Ser, aspecto que conduce a la sociedad al consumismo desmedido que es uno de los problemas más acuciantes del mundo de hoy. En los Andes aún pervive la orientación hacia el lado profundo de las cosas, lo que nos lleva hacia una reflexión sobre el valor de la vida y el valor del individuo como parte de la comunidad dando como resultado la coexistencia de dos paradigmas sociales.

Si en Occidente el éxito social producto del logro económico del individuo es un modelo a imitarse en los Andes hablamos del ñukarak, es decir “todos para mí y yo para todos” que lo interpretamos de la siguiente manera: “yo” como miembro de la comunidad decido aprovechar el momento de crisis o de celebración que la comunidad está viviendo, así me transformo en el pionero de una iniciativa (ñukarak), pero al mismo tiempo, la comunidad que me “apoya” también me “sigue” en lo que estoy haciendo. Lo mismo podríamos decir sobre nuestro cuerpo: si existen la presencia de enfermedades, un órgano, que es parte del cuerpo, es el que sufre todo el ataque de la enfermedad y toma la iniciativa de la defensa apoyado por todo el cuerpo, al mismo tiempo que el cuerpo le apoya al que toma la iniciativa, también se defiende íntegramente de la enfermedad. Esta forma de vivir socialmente está desapareciendo por el individualismo y el egocentrismo.

 

SOCIEDAD OCCIDENTAL

SOCIEDAD ANDINA

Éxito individual como modelo social a imitarse.

Globalizante.

Excluyente.

Intolerante.

Éxito individual (ñukarak) compartido con la comunidad.

Intercultural.

Incluyente.

Respetuosa.

Colonización a nivel económico. “Yo he venido aquí a coger oro y no a labrar el suelo como un campesino”(6), palabras atribuidas a Hernán Cortés cuando rechazó una concesión de tierras en la Isla La Española en 1504. Es una clara evidencia del choque cultural que se vivió en los primeros años de la conquista y colonización de América y que de una u otra manera aún permanece en las mentes colonizadas de nuestros países.

“El Descubrimiento: el 12 de octubre de 1492, América descubrió el capitalismo. Cristóbal Colón, financiado por los reyes de España y los banqueros de Génova, trajo la novedad a las islas del mar Caribe.

En su diario del Descubrimiento, el almirante escribió 139 veces la palabra oro y 51 veces la palabra Dios o Nuestro Señor. Él no podía cansar los ojos de ver tanta lindeza en aquellas playas, y el 27 de noviembre profetizó: Tendrá toda la cristiandad negocio en ellas. Y en eso no se equivocó.

Al cabo de cinco siglos de negocio de toda la cristiandad, ha sido aniquilada una tercera parte de las selvas americanas, está yerma mucha tierra que fue fértil y más de la mitad de la población come salteado. Los indios, víctimas del más gigantesco despojo de la historia universal, siguen sufriendo la usurpación de los últimos restos de sus tierras, y siguen condenados a la negación de su identidad diferente.” (Galeano, Eduardo: 2009)(7)

La economía es la forma de producción y distribución de la riqueza, por ello la va de la mano con la política, es decir, la política es el reflejo de la economía imperante en una sociedad, así en nuestra realidad cabe decir que nosotros estamos viviendo dentro de una política y una economía capitalista, sistema posterior al feudalismo. “En la base del capitalismo se encuentra la propiedad privada de los medios de producción y la explotación del trabajo asalariado. La ley fundamental de la producción capitalista consiste en obtener plusvalía. Sin rasgos característicos del capitalismo la anarquía de la producción, las crisis periódicas, el paro forzoso crónico, la miseria de las masas, la competencia, las guerras.”(8) La economía capitalista sobre-valora el éxito personal individual como modelo social a imitarse, un éxito basado en la competitividad, en la excelencia, en la eficacia para la producción de capital. Para lograr este éxito el ser humano tiene que adecuarse a los parámetros y actitudes que el sistema exige como la destrucción de la naturaleza mediante economías de extracción, sistemas de producción contaminantes, etc.

ECONOMÍA ANDINA

ECONOMÍA OCCIDENTAL

Crianza de la vida para la vida.

comparte en fiestas.

bidimensional y eco-crianza.

agro-ganadera y pesquera.

basada en recursos renovables.

Solidaridad.

Alimentaria.

Producción de bienes y servicios para el mercado.

capital-acumulación.

unidimensional y eco-agotadora.

minera extractive.

basada en recursos no renovables.

Individualista.

Consumista.

Si por un lado la economía de Occidente tanto capitalismo y socialismo se caracteriza por su calidad de explotación al ser humano y a la naturaleza, en Abya Yala se desarrolló una conciencia de interrelación entre todos los seres corporales y espirituales de la existencia, en este panorama uno de los “mandamientos” que el runa(9) comprendió como una misión de su presencia en este mundo fue wiñachina, es decir “criar la vida”. Esta crianza fue comprendida como una misión divina de vida que el runa debía cumplir en su vida terrenal por medio del cual lograría su auto-realización personal de superación espiritual para llegar al grado de runa, es decir un ser humano consciente de ser, estar, hacer y vivir. La tecnología agrícola andina no apareció por hambre, sino para “vivenciar” la conciencia o principio de la crianza de la vida, término que más se aproxima para decir tecnología andina. Pero esta crianza no hay que comprenderlo solamente como una actividad que el runa debía cumplir sino que el runa cría la vida y a su vez la vida cría al runa. La existencia está centrada en la crianza mutua. El runa siembra una planta de maíz, la cuida y ama hasta que madure el maíz, hasta allí el runa cría al maíz. Cuando el fruto está maduro el runa toma este fruto y lo come, en este momento el maíz cría al runa en forma de alimento. Toda actividad humana es una crianza de vida, todo lo que hacemos (criamos) tiene una respuesta, Lo que criamos también nos cría a nosotros.

La crianza de la vida era la “economía” andina y su objetivo principal era la vida para la vida, es decir se criaba la vida para que a su vez la vida críe al runa. Se tomaba como “materia prima” la vida para alimentar a la vida. La vida era sagrada y por lo tanto su crianza tenía que realizarse con sumo cuidado tratando de no ofender la vida, su crianza tenía que ser ritualizada, tenía que ser sacralizada y por ello la tecnología de crianza tenía que ser de dos dimensiones: la dimensión práctica del trabajo acompañada de los rituales de producción, solamente de esta forma se podía criar una vida sana, una vida apta para dar vida al que la cría. De la misma forma se comprendía a la ganadería, la pesca, la artesanía, etc. Toda actividad de “producción” era considerada como una chakra(10) y el lugar en donde se criaba la chakra era el templo. Para el agricultor su parcela de terreno era su chakra, como para el artesano su taller, para el pescador su lugar de pesca, para el minero su mina, para el ganadero su corral, para el sanador su lugar de sanación, para el astrónomo su lugar de observación, para el ceremoniante su sitio sagrado, etc.

La economía estaba centrada en la defensa de la vida para la vida, no había una acumulación individual sino solamente una acumulación familiar y esta acumulación se compartían en las celebraciones comunitarias que se realizaban en los momentos importantes del ciclo agrícola como los solsticios y los equinoccios, así como también en celebraciones de la familia ampliada. De la misma manera esta actitud que es una crianza de la vida porque comparte con los demás, era la base para que a su vez la abundancia nunca falte en esa familia ya que el dar para recibir es la “bio-lógica” de la reciprocidad andina, en este sentido se practicaba y se practica aún el unikillay que consiste en que un runa económicamente empobrecido compra algunos alimentos básicos como sal, dulce, manteca, etc. y se dirige a las comunidades que aún mantienen esta costumbre, al llegar allí este runa empieza el “intercambio” dando un poco de sal o dulce y a su vez el que recibe le da un surco de papas por cosechar. En este ejemplo vemos que no es un trueque, tampoco un intercambio en sentido economicista sino que es una solidaridad que el dueño de los sembríos realiza dando una cantidad mucho mayor que el recibido para “apoyar” al que menos tiene, así el que da una cantidad mayor ha cumplido una obligación moral con los ancestros, las divinidades, los humanos y la naturaleza, ha criado una vida y por lo tanto tiene el derecho de recibir la abundancia. Esta es la base de la economía andina, en la vida recibes de acuerdo a la proporción que has dado, es una ley de la naturaleza, es una ley del que nadie está fuera de su alcance. La misma bio-lógica andina tienen las economías informales que sobreviven en las ciudades, en donde aún persisten aspectos como la mallichina (hacer probar para vender), la yapa (dar una pequeña porción de más), entre otros, aspectos que no concuerdan para nada dentro de la lógica económica del capital.

Colonización a nivel político. Otro tanto podemos decir de la política que es la participación del pueblo en asuntos del Estado, aspecto que en los últimos años se ha vuelto muy “popular” dentro del movimiento indígena ya que se está confundiendo el hacer política por la recuperación de los espacios perdidos con la búsqueda del poder político. Esta confusión se evidencia en el momento en que los pueblos indígenas nos organizamos bajo los mismos esquemas de los partidos políticos olvidándonos de nuestros propios principios y fundamentos ancestrales que aún está latentes al interior de las comunidades. El dejar de lado las raíces culturales y “copiar” los principios de los partidos políticos tradicionales con algunos “arreglos” y “acomodos” con visión indígena son situaciones que están llevando al movimiento indígena hacia el desprestigio social. Otro tanto podemos decir de las mismas organizaciones indígenas cuya estructura también responde a los mismos parámetros de las organizaciones sociales de Occidente como los sindicatos. Esta realidad necesariamente nos invita a reflexionar de que los pueblos originarios también estamos colonizados mentalmente y que por ello solamente estamos reproduciendo los mismos modelos a los que supuestamente rechazamos.

POLÍTICA OCCIDENTAL

POLÍTICA ANDINA

Orden social-político y económico controlado por un poder.

Colectivo.

Concentración de poder.

Causa Dependencia.

Homogenizante.

Intolerante.

Egocéntrico.

Militarista.

Orden social-político y económico con autocontrol comunitario.

Comunitario.

Consenso.

Igualdad.

Diversidad.

Respetuoso.

Comparte.

Pacífica.

En los tiempos incaicos, la política o la administración la ejercían los seres más sabios y selectos que eran adiestrados para esa función desde temprana edad mediante una educación muy severa, que formaba a los runa-s en el arte de servir a los demás.

“Así la educación y formación ancestral, por un lado; educa al individuo para servir a la colectividad en formas diversas: como líder para una eficiente acción pública; como sacerdote, para el servicio del culto; como guerrero, para dominar la táctica y estrategia; como kipukamayuh, para expresar y descifrar testimonios que debían ser trasmitidos y recordados; como amawta y haraveq, para educar intelectual, ética y estéticamente.

El inca educó al súbdito y al sometido y vencido sin caer en un formalismo. Igualmente esta educación contó con un marcado sentido cívico y ético. Se trató de formar seres humanos con responsabilidad social en cuya personalidad predomine una sentida visión de los deberes antes que de los derechos. El deber cívico estuvo explícito mientras que el derecho coexiste y aparece concretamente implícito en su forma de aplicar la enseñanza. Fruto de esta pedagogía surgió un hombre mesurado, práctico, frugal y productivo para la comunidad y capaz de bastarse a si mismo frente a los problemas que su vida le planteó.”(11)

El camino de la política indígena en los últimos años ha tenido varias experiencias que de una u otra manera son intentos de recuperar los espacios perdidos. Esta recuperación corre el riesgo de caer en la demagogia porque los grandes saberes sobre el sistema de gobierno que nos legaron nuestros ancestros están siendo olvidados y simplemente estamos imitando las mismas formas tradicionales de hacer política desde la visión de Occidente en donde los partidos políticos realizan actos lamentables de usufructo egoísta e individual para sus fines e intereses propios. En la sabiduría andina de gobernar el bastón de mando tiene un significado muy particular cuya simbología reproducimos a continuación:

El bastón es la reconquista de los espacios oficiales perdidos por los pueblos originarios. Estos espacios son lo económico, social, tecnológico, político, cultural, espiritual, educativo, deportivo y otros. Es el retorno de la sabiduría de gobernar andina, con preceptos y códigos ancestrales, pero muy vigentes y de actualidad, para exigirnos sacrificio, pero también exigiendo igual sacrificio de nuestros gobernantes.

Representa la integración y entrega del individuo a su pueblo, sacrificando su posición y su bienestar, por ello el lenguaje del poseedor de este símbolo es trabajar con el ejemplo. Significa trabajo, unidad, honradez y honestidad a toda prueba. Estas cualidades humanas tienen que ser expuestas con transparencia ante su pueblo. Al mismo tiempo su incumplimiento es el castigo por su incapacidad y negligencia. No hay que olvidar que en la justicia andina tradicional, nuestros abuelos castigaban con más severidad a las autoridades que a los que cometían delitos, porque las autoridades eran las responsables de vigilar por las necesidades de su pueblo, y, si existían anomalías era negligencia de quienes estaban a la cabeza. El portador del bastón de mando es el responsable de cuidar, guiar, vigilar y gestionar para la vida de su pueblo.

El portador del bastón de mando es el verdadero líder que siempre termina más pobre materialmente que los demás de su pueblo, porque su entrega hacia los demás le impide pensar en su propio “desarrollo”. Es la humildad y el comunitarismo. Es la entrega hacia los demás sin esperar nada a cambio, es depositar su vida al servicio de los demás olvidándose de su familia y de su bienestar propio sin esperar horarios ni condiciones. El símbolo de la integración del individuo a su comunidad dando ejemplo de unidad, de trabajo, de honestidad y de capacidad. Es la representación de la madurez corporal y espiritual del individuo. Es la representación de la sabiduría material y espiritual del runa que la comunidad le confía por sus cualidades y virtudes personales.

El tawnayuk o el portador del bastón es el ser que ha logrado la unión y el diálogo con el hawa pacha (mundo de arriba), uku pacha (mundo de abajo), kay pacha (este mundo) y chayshuk pacha (el otro mundo). Es el símbolo de la unidad y la armonía entre lo divino y lo material, entre lo sagrado y lo natural.

El honor de portar el “bastón” solamente es otorgado al ser que ha alcanzado el grado máximo de sabiduría tanto con el mundo espiritual como con su comunidad.

Ser tawnayuk, tanto hombres como mujeres, no significa vanidad, poder, ni arrogancia, ni mucho menos un liderazgo vertical, individual y egoísta, sino un desarrollo espiritual-corporal de alto grado, capaz de entender y practicar la sabiduría ancestral andina combinada con los conocimientos del mundo moderno.

El incumplimiento del o la tawnayuk al compromiso que representa el bastón de mando para con su pueblo siempre será castigada dentro de los códigos y parámetros culturales que aún están latiendo en nuestros pueblos.

El uso del bastón de mando en nuestros días por las comunidades andinas para investir a nuestras autoridades, constituye un verdadero pachakutin, un retorno de aquellas virtudes y transparencia que cada gobernante debe poseer y exhibir como ejemplo para su pueblo.

La simbología intangible del bastón de mando es un pachakutin ético que constituye una solución a los problemas de corrupción y demagogia del mundo de hoy. El tawnayuk o poseedor del bastón de mando es un amanecer de nuestros pueblos originarios que caminamos al ritmo de la historia y el tiempo, llevando como bandera de vida los valores ancestrales que siempre nos ayudaron a sobrevivir y son un camino en la política para recorrer en el tiempo-espacio del futuro.

 

TRABAJOS COMPLEMENTARIOS

CONFORMAMOS GRUPOS DE TRABAJO: DIBUJAMOS, ANALIZAMOS, ESCRIBIMOS Y EXPONEMOS LAS RESPUESTAS A LAS SIGUIENTES PREGUNTAS:

·         Cuáles son las características del modelo social indígena y mestiza en nuestra realidad? Ponemos 10 ejemplos de cada uno y como conclusión analizamos, dibujamos, escribimos y exponemos cuál sería el modelo intercultural de la sociedad del futuro.

·         ¿Cuáles son las características del modelo económico indígena y moderno en nuestra realidad? Ponemos 10 ejemplos de cada uno y como conclusión analizamos, dibujamos, escribimos y exponemos cuál sería el modelo económico intercultural del futuro.

·         ¿Cuáles son las características del modelo político en nuestra realidad? Ponemos 10 ejemplos de cada uno y como conclusión analizamos, dibujamos, escribimos y exponemos cuál sería el modelo político intercultural del futuro.

·         ¿Nuestros políticos indígenas tienen el perfil adecuado para ejercer su liderazgo a nombre de nuestras comunidades? Ponemos un perfil básico de 10 cualidades.

·         ¿Nuestros dirigentes indígenas políticos tienen el sentimiento indígena para ejercer la política desde nuestra sabiduría? Ponemos 10 ejemplos de los aciertos y 10 ejemplos de los desaciertos en el ejercicio de sus funciones.

·         ¿Nosotros los comuneros y ciudadanos somos corresponsables de la elección y del ejercicio del poder de nuestros dirigentes indígenas? Ponemos 10 ejemplos de seguimiento a nuestras autoridades electas.

·         Nosotros los comuneros y ciudadanos somos veedores y controladores de nuestras autoridades indígenas y no indígenas electas por nosotros? Ponemos 10 ejemplos de control y 10 ejemplos de impunidad.

·         Reproducimos el acto de la “entrega” del bastón de mando a una autoridad.

 

SESIÓN 3

COLONIZACIÓN DE LAS ALMAS Y LA NATURALEZA

“Vinieron…

Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra.

Y nos dijeron:

"Cierren los ojos y recen".

Y cuando abrimos los ojos,

ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.”

(Desmond Tutu)

La religión cristiana ha desempeñado un aporte fundamental en la colonización mental y espiritual de Abya Yala. Desde su arribo a estas tierras los europeos utilizaron la conversión cristiana de los pueblos originarios como pretexto para callar y disimular los crímenes de lesa humanidad que se cometieron en nombre de Dios, de Cristo, de la Virgen y de los santos. Escribieron la historia ocultando o distorsionando la espiritualidad originaria existente tratando de demostrar que Dios llegó a estas tierras hace 500 años, pero a pesar de toda clase de exterminio espiritual, la consciencia religiosa nunca desapareció de nuestros pueblos y siempre estuvo presente en los mismos íconos religiosos cristianos, solamente cambiaron de símbolos, nombres, fechas de celebración impuestas y otros.

Los pueblos andinos comenzaron a escuchar noticias del Evangelio cuando se avizoraba ya la derrota militar del Imperio Incaico, lo que indicaba que el poder temporal Inca se derrumbaba, y con él, las ceremonias religiosas y la cosmovisión que le servían de base religiosa. Como respuesta a este avasallamiento total, la religión andina y sus rituales tuvieron que refugiarse en la clandestinidad y, a partir de entonces, los pueblos andinos fueron recibiendo el Evangelio, con el apoyo de normas morales y doctrinas abstractas, generalmente no entendidas por ellos.

Al constatar la destrucción sistemática de los valores de los pueblos andinos, el célebre dominico Fray Bartolomé de Las Casas se preguntaba: ¿cómo es posible que los indios crean y se conviertan, cuando los cristianos están demostrando, en su proceder diario, formas de vida escandalosas? Los indígenas, al ver las maldades realizadas por los cristianos, deberían estar en la posición de los ateos. Sin embargo, a pesar de la destrucción de muchos de sus valores positivos, los indígenas hoy son creyentes.

Bartolomé de Las Casas considera la conversión de los indios como el “mayor milagro” realizado por Dios en las Indias; por cuanto el indio se convierte a través de un proceso en el que Dios hace crecer dentro de él a Cristo, como don divino en medio del sufrimiento. Por eso, los indios serán vistos como Cristos sufrientes que interpelan a todos (Cfr. Castillo, 1989)(12)

Cuando hablamos de nuestra espiritualidad andina decimos que nuestros ancestros maduraron una conciencia espiritual basado en el principio de que los runa-s somos Apunchik, que ha sido traducido intencionalmente por los traductores religiosos cristianos como Dios para “evangelizar” al andino con sus propias palabras. Si reflexionamos la palabra Apunchik nos damos cuenta que es una fusión de las palabras Apu y Kanchik;

/apu/: Divinidad(es), Ser(es) supremo(s), Dios(es).

/kanchik/: Somos.

/-nchik/: Terminación verbal de la primera persona del plural (nosotros).

La palabra kichwa Apunchik podemos traducir al castellano como “somos divinidad” o también “somos divinidades” y es la puerta que nos introduce en el mundo de la espiritualidad andina en donde se concibe que la divinidad está fuera y dentro de la madre existencia y por ello la existencia no es una materia sin vida, es un cuerpo viviente en donde cada ser macro y micro es una chispa de esa divinidad y por ello la vida es divina, es sagrada, que no puede ser considerada ni recurso, ni elemento sino como ser viviente y a un ser vivo no se puede “manejar” sino solamente se puede dialogar, conversar y entrar en un acuerdo de mutua crianza (beneficio).

Nuestra sabiduría nos enseña que la divinidad es inmanente, es decir que está dentro y fuera de todos los seres y que la Pacha-Mama o madre existencia es un gran “mega-cuerpo” conformada por cuatro grandes familias:

Apunchik: La familia de las divinidades, los grandes seres espirituales que coexisten dentro de las demás familias, son las encargadas de animar y dar la vida a la existencia.

Runa: La familia humana, encargada de mantener el equilibrio entre las demás familias.

Sacha: La familia de la naturaleza encargada de “enseñar” a la familia humana el camino del equilibrio macro y micro.

Yayakuna: La familia de los ancestros, encargada de “ayudar” inspirando y revelando la sabiduría de las divinidades, los runas, la naturaleza y los ancestros.

 


 

Si en el idioma kichwa a la divinidad se concibió como Apunchik (somos divinidad) en el idioma pre-inka del Norte del Ecuador se comprendió y aún se percibe así en la actualidad, llamándole APUNCHIK-ATSIL-MAMA que aproximadamente se traduciría al castellano como Gran Espíritu Madre (Diosa). Este nombre Atsil, Achili o Achil-Mama (según las variantes dialectales) ha desaparecido por la imposición y colonización espiritual del cristianismo y solamente se habla de Atsil-Yaya, nombre de la Divinidad Suprema masculina que equivale al Gran Espíritu Padre (Dios). En el Norte del Ecuador actualmente el nombre Atsil es pronunciado como Achili o Atchil-Tayta. Es el nombre de la Divinidad Suprema masculina. Esta paridad divina del Norte del Ecuador también es compartida por otros pueblos andinos como por ejemplo la paridad de Pacha-kamak (divinidad masculina) y Pacha-Mama (divinidad femenina).

KUKANCHIK WACHARIMANTA

NUESTRO NACIMIENTO

Ñawpa pachapika Apunchikkunaka wakin karaykunata kipishpa aparishkpami wichay karu llaktakunapi kawsak ayllukunata rikushpa tikramunkapak rishka.

Chay pachakunapika kaypika Apunchik Atsil Mamawan Apunpik Atsil yayawanllami kawsashka. Pipash mana ashtawanka tiyashkachu nin

Paykuna shina karu llaktakunaman purinkapak rikpika kuyllurkunapash wañushpami hawa pachamantaka urman kashka nin, chayku tukuyllami Amtsa ilawpi kakirin kashka.

 

Karu llaktakunapika ayllukuna ashakuta shuyaychirak nikpika apunchikkunaka mana utkalla tikramushkachu, shinapash Apunchik Atsil Mamami haku utka nishpa atichikpi tikramushka.

 

Tikramukpika tukuyllami yana manka Amtsa ilaw kashka nin, karashka kipikunatapash sakishpami imapash achikta maskanakushka shinapash imatapash mana tarishkachu nin.

 

Kayta rikushpami Apunchikkunaka kutin tukuyta wiñachinkapak shayarishka, chaypakka Apunchik Atsil Yayaka Apunchik Atsil Mamata khuyarishun nishka

 

Pay ari nikpika yana mankapi ishkantin puñushpa tinkirishka nin, chaypimi Apunchik Atsil-Mamaka wiksayuk sakirishka. Shinami ayakuna, duende-kuna, Pacha-Mamapash wacharishka. Pacha-Mama wacharikukpika Atsil-Yayaka churuta hapishpa ninanta wakachishka, churu wakakpika punchayay kallarishkalla ninmi.

Pacha-Mama wiñashpaka sumak warmimi tukushka, shinallata paypak wiksapash wiñashkalla ninmi. Payka wachashpa kawsankapakmi wacharishka kashka. Wachana pacha chayakpika Apunchik Atsil Mamaka Apunchik Atsil yayawanka pakarichikkunami tukushka.

Ushashkata…ggguuunnn-lla wakashka nin. Kallaripika llipiyakwan kulunwan wacharishka paykunaka ushashkata puncha pambayachishpa kulunlla wakanakushka nin.

 

Hawaman kulun nikpika inti yaya, killa mama, Kuyllurkuna, chaskakunapash wacharishka, kutin ukuman kulun nikpika allpa mama, yaku mama, Rumikuna, ninakuna, urkukuna, akapana, yurakuna, kirukuna, wiwakuna, kuychikuna, wayrakuna, runa warmi, kari runa, ima tiyashkapash wacharishka.

Pacha-Mama wachashka wawakunaka tukuyllakunami runakuna shina kawsak rimanakushka nin, chaymantami tukuylla maytapash mana yachay kashka nin.

Allpa mamaka “kaytami sarushpa yalliwarka” nin kashka.

Moras kashaka: “charikukpipash kacharirishpa rirka nin kashka.

Kichakuna yarkachishpaka “ggguuunnn” nishpa riman kashka.

Tukuylla wawakuna rimashpa, yuyashpaka kayta chayta ninakushka nin, shinaka mana alli kakpimi Atsil-Yayawan, Atsil-Mamawan, Pacha-Mamawampash tantanakushpa rimarishka, shina rimarishpami tukuylla wawakunata upayachinkapak shayarishka. Asha asha tukuylla wawakunata upayachishka nin, shinami puchukaypika runakunalla, kashna yuyaykunawan rimaykunawampash sakirishkanchik, shinapash chayshuk Pacha-Mamapak wawakunaka kunankamanmi shikan yuyaykunawan rimaykunawampash kawsanakun…Chashnami wacharishkanchik.”

 

“En Ñawpa-Pacha los Apunchik (dioses) prepararon sus maletas con regalos y se fueron hacia el Sur a recorrer lugares muy lejanos visitando a sus familiares.

En aquél entonces, solamente Apunchik-Atsil-Mama vivía junto a Apunchik Atsil-Yaya. No había nadie más que Ellos.

Cada vez que ellos se iban a recorrer aquellas lejanas tierras se apagaban y caían las estrellas del cielo y todo quedaba en AMTSA-ILAW(13) o la penumbra.

Esta vez los Apunchik(14) se demoraron mucho más de lo previsto porque sus familiares les decían que se queden un poco más. Pero, Apunchik-Atsil-Mama insistía diciendo vamos a casa y decidieron volver.

Cuando regresaron encontraron que todo estaba en AMTSA-ILAW (penumbra), dejaron a un lado los regalos de los familiares que habían traído consigo y empezaron a buscar una luz para alumbrar y no la encontraron.

Entonces decidieron que había que criar a todos los seres. Para ello, Apunchik-Atsil-Yaya empezó a enamorar a Apunchik-Atsil-Mama.

Ella correspondió a su amor y se unieron en la oscuridad. Con esta unión de amor Apunchik-Atsil-Mama quedó embarazada. Así nacieron las Sami-s(15) los Aya(16), los Duendes(17) y Pacha-Mama(18). Cuando nacía Pacha-Mama, Apunchik- Atsil-Yaya sopló e hizo sonar su churu(19) y cuando sonaba el churu apareció la luz del día.

Pacha-Mama creció, se convirtió en una hermosa mujer y su vientre también empezó a crecer, porque ella ya había nacido fecundada. Cuando llegó el momento de nacer Apunchik Atsil Mama y Apunchik Atsil Yaya fueron los parteros.

Se escuchó un sonido estremecedor …ggguuunnn… Primero nacieron Llipiyak (el rayo) y Kulun (el trueno) que iluminaron y retumbaron.

En cada rayo y trueno en el cielo nacieron: el padre Sol, la madre Luna, las estrellas y los planetas. Y en cada rayo y trueno “abajo” nacieron Allpa-Mama (la Madre Tierra), Yaku-Mama (la madre agua), Rumikuna (las rocas y minerales), el fuego, las montañas, el huracán, las plantas, los árboles, los animales, el arco iris, el viento, la mujer, el hombre y todo lo que existe.

Todo lo que Pacha-Mama había parido estaba vivo, todo sentía y hablaba igual que nosotros los runa-s, y por eso, todo estaba al revés.

La madre tierra hablaba diciendo: “Por aquí pasó pisándome.”

La planta de moras decía: “estuve deteniendo, pero se safó y se fue.”

Las lagunas cuando tenían hambre hablaban diciendo: “ggguuunnn”.

Al ver que todos los seres hablaban y pensaban al mismo tiempo y que todo era una confusión, Atsil-Yaya, Atsil-Mama y Pacha-Mama hicieron un consejo, se conversaron, y acordaron hacer mudos a todos sus hijos e hijas. Poco a poco fueron enmudeciendo a todos los seres, hasta que al final quedamos con todo y tal como somos ahora, nosotros los runa-s(20), mientras que los demás seres siguen pensando y hablando en formas diferentes de los nuestros…Así nacimos.”

 

(Cachiguango, Luciano(21) y Katsa) (22)

 

La conciencia andina de que la divinidad estaba fuera y dentro de la existencia permitió la sacralización de la vida cotidiana, de esta manera el runa aprendió a convivir con su entorno corporal y espiritual porque sabía que con la vida solamente se puede dialogar sin imponer, sin matar, sin destruir y por ello la Pacha-Mama corporal y espiritual era una persona que enseñaba todos los misterios que guardaba al runa capaz de comprender y sentir su lenguaje, al runa consciente que era capaz de buscar el alli kawsay (equilibrio), al que era capaz de relacionarse por medio de la conversación ritualizada para criar mutuamente la vida sobre la tierra. Comprensión de la divinidad que contrasta con el cristianismo.

“En el mito bíblico, y en particular según su lectura occidental, se trata de un Dios que se distingue del mundo y que se le opone como el trabajador a su obra. Es distinto y ajeno al mundo y lo transciende totalmente. Es un Dios Hacedor. El creador bíblico no es de ninguna manera un dios procreador, un padre o progenitor, como la Madre Tierra y el Padre Sol en la mitología andina, sino un dios hacedor, que confecciona y produce, que ordena y organiza el mundo. Produce hábilmente, con total autonomía y con gran facilidad, ingenio y perfección, y a su libre criterio. Este Dios creador es realmente: «el Supremo Hacedor».

Un mito cosmogónico es el resumen de la cosmovisión de un pueblo y pretende legitimar con la autoridad divina lo que en el fondo es la auto-definición del hombre. La mitología andina no conoce un dios hacedor, transcendente y ajeno al mundo, ni una construcción del mundo. El mito cosmogónico andino explica cómo el mundo mismo es divino y eterno; cómo las cosas y los seres NACIERON en este medio divino, y cómo el hombre mismo también nació de Ella.

La divinidad es imanente en el mundo, está dentro del mundo y se identifica plenamente con la tierra. La relación entre Pachamama y sus criaturas es la de una madre a sus hijos, y de éstos hacia Ella: es una relación cargada de afecto.” (Van Kessel, Juan: 2004) (23)

Gráfico: Van Kessel, Juan: 2004.

 

 

ANDES

OCCIDENTE CRISTIANO

Dios único y absoluto (unidad).

Dios masculino (interpretado).

Dios creador.

Dios hacedor del mundo.

Dios trascendente (lejano).

Ser humano: imagen y semejanza de un Dios Hacedor y creador.

Ser humano lejos de Dios.

El mundo como “elementos y recursos” regalados por voluntad de Dios a los seres humanos.

El ser humano es parte de la naturaleza.

Pareja de Dioses (Dios y Diosa) (paridad).

Dios y Diosa.

Dioses progenitores.

Dioses que se unieron para concebir y nacer al mundo.

Dioses inmanentes (dentro de los seres).

Ser humano: imagen y prototipo de los dioses que nacen y crían la vida.

Ser humano como ser divino.

El mundo como “seres”, nacidos y criados por el amor de los dioses.

El ser humano es naturaleza.

Si a nivel macro: Apunchik (somos divinidad) nos hace conocer nuestra real dimensión espiritual, también a nivel micro, somos Ñukanchik: nos hace conocer nuestra dimensión individual-comunitaria. Esta palabra también ha sido traducida superficialmente como nosotros. Si hacemos una reflexión de la palabra nos damos cuenta que es una fusión de dos palabras:

/ñuka/: Yo

/kanchik/: Somos.

/-nchik/: Terminación verbal de la primera persona del plural (nosotros).

La palabra ñukanchik aproximadamente podemos traducir al castellano como “yo-nosotros”, es decir por extensión comprenderíamos “yo soy tú y tú eres yo”, si tú y yo somos iguales no puedo ofender al otro porque es ofenderme a mi mismo. Esto desarrolló en los Andes un nivel de espiritualidad profunda y mística que no dependía de una casta sacerdotal (como dice la historia) sino de un nivel de saber del runa, que al llegar a un cierto estado de experiencia espiritual aprendía a expresar su vivencia de la divinidad por medio de rituales de conexión con la existencia porque el runa no dependía de un Dios justiciero ni castigador sino de una paridad de dioses que existían y vivían junto y dentro de la existencia. Esta pareja de dioses no eran los creadores de la existencia sino los padres que habían engendrado y parido la existencia y por lo tanto sus hijos e hijas habían nacido (no creado) de ellos mismos. Por ello el runa no es ni el dueño, ni el amo del mundo sino que todos los seres tanto a nivel macro como micro son hermanos y hermanas, padres y madres, abuelos y abuelas y nosotros no somos partes de la naturaleza sino que nosotros “somos naturaleza.”

“Ñukanchikka mana Allpa-Mamata yallichu kanchik, ñukanchikllatami allpa kanchik.

Ñukanchikka mana Samayta yallichu kanchik, ñukanchikllatami samay kanchik.

Ñukanchikka mana Nina-Mamata yallichu kanchik, ñukanchikllatami nina kanchik.

Ñukanchikka mama Yaku-Mamata yallichu kanchik, ñukanchikllatami yaku kanchik.

 

Ñukanchikka mana Pacha-Mamata yallichu kanchik, ñukanchikllatami Pacha-Mama kanchik.

Ñukanchikka mana Kawsay-Mamata yallichu kanchik, ñukanchikllatami kawsay kanchik.

Tukuy ñukapi ñuka tukuypi

Tukuyllami ÑUKANCHIK kanchik, ÑUKA-KANCHIK

Shina kashpaka: kikinmi ñuka kanki, ñukapash kikin kani.

Kaymi Pacha-Mapapak Pacha-Kamak kan.

“Nosotros no somos ni más ni menos que la Madre-Tierra, porque nosotros mismos somos tierra.

Nosotros no somos ni más ni menos que el aire, porque nosotros mismos somos aire.

Nosotros no somos ni más ni menos que el fuego, porque nosotros mismos somos fuego.

Nosotros no somos ni más ni menos que la Madre-Agua, porque nosotros mismos somos agua.

 

Nosotros no somos ni más ni menos que la Pacha-Mama, porque nosotros mismos somos Pacha-Mama.

Nosotros no somos ni más ni menos que la Madre-Vida, porque nosotros mismos somos vida.”

El todo en mi y yo en el todo

Nosotros somos ÑUKANCHIK – YO NOSOTROS.

Entonces: Tú eres yo y yo soy tú.

Esta es la Suprema ley de la Pacha-Mama. (Cachiguango y Pontón: 2010) (24)

Si por un lado la religión ha sido el factor de alienación espiritual, en la actualidad el sistema educativo y el desarrollismo son los encargados de “evangelizar” al runa andino en los parámetros de la ciencia y el progreso. La sabiduría andina de la naturaleza está en proceso de extinción debido a que en los centros educativos, incluidos en los de la educación intercultural bilingüe no estamos desarrollando un aprendizaje-enseñanza desde la visión andina sino solamente estamos imitando los mismos esquemas de la educación tradicional hispana en donde hablamos de seres inertes y seres vivos, de materia y vida, de recursos, etc. a sabiendas de que en los Andes, todo es vida y todos somos seres…

TRABAJOS COMPLEMENTARIOS

HACEMOS GRUPOS DE TRABAJO Y MEDIANTE INVESTIGACIONES CONTESTAMOS ANALIZANDO, DIBUJANDO, ESCRIBIENDO Y EXPONIENDO LOS SIGUIENTES INTERROGANTES:

·         Existía la conciencia de la existencia de la divinidad en nuestros pueblos originarios? Narramos el mito del aparecimiento del mundo existente en nuestra comunidad dibujando, escribiendo y exponiendo.

·         Cuáles son los rezagos de la colonización religiosa cristiana al interior de nuestras comunidades? Adjuntamos 10 ejemplos.

·         Exponga 10 semejanzas y 10 diferencias entre la religión cristiana y la espiritualidad andina en torno a la Divinidad y la naturaleza.

·         Exponga 10 semejanzas y 10 diferencias entre el ecologismo occidental y la sabiduría de la naturaleza andina.

·         ¿Cuáles son las semejanzas y diferencias entre el mito bíblico de la creación y el mito andino del nacimiento? Ponga 10 semejanzas y 10 diferencias.

·         ¿Por qué nos peleamos defendiendo religiones que no son nuestras al interior de nuestras comunidades? Ponemos 10 causas.

·         Investigamos, dibujamos, escribimos y exponemos sobre el sitio sagrado principal de nuestra comunidad señalando: su origen, su historia, sus características, su utilidad y su realidad actual.

NOTAS.

(1) M.M. ROSENTAL y P.F. IUDIN: “Diccionario filosófico” Ediciones Universales. Bogotá, Colombia. Diciembre 2004.

(2) A.A. V.V. “Gran diccionario enciclopédico visual”. Colombia, 1993.

(3) OCCIDENTE: Con esta palabra nos referimos al sistema de pensamiento racionalista y materialista hegemónico de ver el mundo. Dentro de este sistema existen algunas culturas milenarias con sus maneras particulares de ver el mundo como es el caso de los pueblos, nacionalidades y naciones originarias de América.

(4) M.M. ROSENTAL y P.F. IUDIN: Idem.

(5) LAJO, JAVIER: “Qhapaq ñan es el camino. Algunas reflexiones críticas sobre el proyecto de la Universidad Intercultural Amawtay Wasi.” Lima, Perú, junio 2004.

(6) VAN KESSEL, JUAN: “La economía andina de crianza”. Cuadernos de investigación en cultura y tecnología andina Nº 26. Iquique, Chile. 2006.

(7) GALEANO, EDUARDO: “12 de octubre: nada que festejar.” Artículo electrónico. 2004. http://www.rojoynegro.info/2004/spip.php?article24023

(8) ROSENTAL- IUDIN: Obra citada.

(9) RUNA: Ser humano consciente de Ser, estar, hacer y vivir.

(10) CHAKRA: Cualquier actividad humana de crianza (producción).

(11) VALCÁRCEL, DANIEL: “Historia de la educación incaica.” Ed. Universidad Mayor de San Marcos. Lima, 1961.

(12) LLANQUE, DOMINGO: “La presencia de los andinos en la iglesia católica”. Cuaderno de investigación en cultura y tecnología andina Nº 11. Iquique, Chile, 1997.

(13) AMTSA-ILAW: La penumbra, la oscuridad antes de la luz según las memorias de nuestras comunidades. En otras versiones se habla también de yana-manka, es decir la oscuridad total.

(14) APUNCHIK: La divinidad en nosotros.

(15) SAMI: Espíritu femenino equilibrador de los seres de la naturaleza.

(16) AYA: Espíritu masculino (des-equilibrador) de los seres de la naturaleza.

(17) DUENDE: En la sabiduría andina duende equivale a los seres espirituales que viven dentro de las profundidades de la tierra y que son los guardianes de los minerales del mundo.

(18) PACHA-MAMA: Madre mundo, madre tiempo-espacio, madre naturaleza. Mega-cuerpo femenino. Pariverso.

(19) CHURU: Caracola marina gigante.

(20) RUNA: Ser humano consciente de ser, saber, hacer, estar y vivir.

(21) CACHIGUANGO, LUCIANO: Agricultor y Wayra-phichak originario de Kotama, Otavalo fallecido a los 75 años en 1985. Relatos en kichwa complementados por Katsa y otras personas escuchadas durante muchos años en varias comunidades de Imbabura y Pichincha.

(22) KATSA: Alias de José Antonio Cachiguango, agricultor y narrador de memorias comunitarias de la comunidad de Kotama, cantón Otavalo fallecido a los 69 años en enero del 2006.

(23) VAN KESSEL, JUAN: “Individuo y religión en los Andes”. Cuadernos de investigación en cultura y tecnología andina Nº 16, Iquique-Chile, 2004.

(24) CACHIGUANGO, LUIS ENRIQUE “KATSA” y PONTÓN, JULIÁN: “Yaku-Mama: Crianza del agua – La música ritual del Hatun Puncha Inti Raymi en Kotama, Otavalo. Ministerio de Cultura del Ecuador, junio 2010.

FUENTES DE CONSULTA

TESTIMONIOS

CACHIGUANGO, LUCIANO: Agricultor y Wayra-phichak originario de Kotama, Otavalo fallecido a los 75 años en 1985. Relatos en kichwa complementados por Katsa y otras personas escuchadas durante muchos años en varias comunidades de Imbabura y Pichincha.

KATSA: Alias de José Antonio Cachiguango, agricultor y narrador de memorias comunitarias de la comunidad de Kotama, cantón Otavalo fallecido a los 69 años en enero del 2006.

BIBLIOGRAFÍA

A.A. V.V. “Gran diccionario enciclopédico visual”. Colombia, 1993.

CACHIGUANGO, LUIS ENRIQUE “KATSA” y PONTÓN, JULIÁN: “Yaku-Mama: Crianza del agua – La música ritual del Hatun Puncha Inti Raymi en Kotama, Otavalo. Ministerio de Cultura del Ecuador, junio 2010.

GALEANO, EDUARDO: “12 de octubre: nada que festejar.” Artículo electrónico. 2004. http://www.rojoynegro.info/2004/spip.php?article24023

LAJO, JAVIER: “Qhapaq ñan es el camino. Algunas reflexiones críticas sobre el proyecto de la Universidad Intercultural Amawtay Wasi.” Lima-Perú, junio 2004.

LLANQUE, DOMINGO: “La presencia de los andinos en la iglesia católica”. Cuaderno de investigación en cultura y tecnología andina Nº 11. Iquique-Chile, 1997.

M.M. ROSENTAL y P.F. IUDIN: “Diccionario filosófico” Ediciones Universales. Bogotá-Colombia. Diciembre 2004.

VALCÁRCEL, DANIEL: “Historia de la educación incaica.” Ed. Universidad Mayor de San Marcos. Lima-Perú. 1961.

VAN KESSEL, JUAN: “La economía andina de crianza”. Cuadernos de investigación en cultura y tecnología andina Nº 26. Iquique-Chile. 2006.

VAN KESSEL, JUAN: “Individuo y religión en los Andes”. Cuadernos de investigación en cultura y tecnología andina Nº 16, Iquique-Chile, 2004.

GLOSARIO

APUNCHIK: La divinidad en nosotros.

AMTSA-ILAW: La penumbra, la oscuridad antes de la luz según las memorias de nuestras comunidades. En otras versiones se habla también de yana-manka, es decir la oscuridad total.

AYA: Espíritu masculino (des-equilibrador) de los seres de la naturaleza.

CHAKRA: Cualquier actividad humana de crianza (producción).

CHURU: Caracola marina gigante.

DUENDE: En la sabiduría andina duende equivale a los seres espirituales que viven dentro de las profundidades de la tierra y que son los guardianes de los minerales del mundo.

OCCIDENTE: Con esta palabra nos referimos al sistema de pensamiento racionalista y materialista hegemónico de ver el mundo. Dentro de este sistema existen algunas culturas milenarias con sus maneras particulares de ver el mundo como es el caso de los pueblos, nacionalidades y naciones originarias de América.

PACHA-MAMA: Madre mundo, madre tiempo-espacio, madre naturaleza. Mega-cuerpo femenino. Pariverso.

RUNA: Ser humano consciente de ser, saber, hacer, estar y vivir.

SAMI: Espíritu femenino equilibrador de los seres de la naturaleza.

 


 

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