LIBROS NUEVOS
Por el compromiso con nuestros lectores, en la Biblioteca de Antropología Andina (BAA) - IECTA, estamos actualizando constantemente la bibliografía con el objetivo de ofrecer un mayor y mejor servicio para con los investigadores académicos. Presentamos las siguientes obras:
![]() |
Josefina Lema, Pamela Báez Echeverría y Luis Enrique Cachiguango Cachiguango (redactores). Kuy - Phichay: el ritual de la sanación andina con el cuy. Proyecto: "Mejora de las condiciones de vida y defensa de la población andina de Cotacachi, Ecuador". COTACACHI - ECUADOR: Cruz Roja Ecuatoriana, 2011; Pp. 84. |
|
INTRODUCCIÓN Muchas son las prácticas de curación y sanación, el diagnóstico con el Kuy, es un complejo y completo sistema de radiografía llegando a determinar lo espiritual, energético, además de determinar las enfermedades físicas de las personas. A través de esta práctica podemos describir y saber cuáles son las formas de lograr la armonía del cuerpo espiritual como del físico. Esta y otras prácticas de sanación deberían contar con una habilidad de transmisión de información, conocimientos de tal manera que den lugar a la formación de mas sanadores/as que mas allá de ser la mera utilización de las técnicas es la compactación del o la sanadora con la persona afectada y el ambiente generando un respeto al saber que está adquiriendo. Estos conocimientos deben ser utilizados conscientemente, logrando sanadoras/es que estén en la capacidad de entender la salud como una integralidad, y no solo como mecanismos de generar ganancias económicas y mucho menos como un folclorismo. Para armonizar el cuerpo es necesario tomar en cuenta que la salud ancestral es viva, se necesita tener la mente abierta porque la curación depende del afectado y sobretodo de la vida que generosamente brinda la madre naturaleza a través de plantas, minerales, etc. Finalmente, el conocimiento descrito en este libro es un saber vivo, y como todo lo vivo sufre cambios. Los autores nos entregan este aporte para que cada una de las personas sientan a la vida y a la esperanza que fluye en su ser, paso inicial para lograr la armonía entre el runa/jaqi y la naturaleza. |
![]() |
Carlos Choque Mariño Fortunato Manzano, el último yatiri. Vida, ritualidad, enseñanzas y religiosidad en Arica y Parinacota ARICA - CHILE: CONADI, 2012; Pp. 161. |
|
INTRODUCCIÓN En la narrativa construida por el autor, estos y otros episodios de la vida recordada de Fortunato funcionan como espacio de articulación entre lo que usualmente se define como distintos niveles de la historia, evidenciando las interconexiones entre la experiencia personal, local y global; relevando con ello la inexistencia de límites arbitrarios entre las dimensiones micro y macro de los procesos políticos, sociales y culturales que constituyen –a la vez que son constituidos por– la experiencia cotidiana de vivir. Al mismo tiempo, estos episodios funcionan como mecanismos de apertura para discusiones etnográficas y teóricas acerca de algunas de las principales características de la cosmovisión, religiosidad y organización social Aymara, visibilizando el modo en que estas se estructuran como prácticas sociales dinámicas y creativas, inmersas en contextos sociales altamente móviles y variables. En este sentido, una de las características más interesantes del texto, es el uso relacional de fuentes históricas, etnohistóricas y etnográficas que confluyen en la reconstrucción de la historia interpretada de Fortunato, la cual no solo habla del camino personal del yatiri, sino que también informa acerca de las relaciones establecidas al interior de las comunidades y familias aymaras y entre sus miembros y el resto de la(s) sociedad(es) nacional(es). Lo anterior, permite al lector comprender algunos de los rasgos comunes de lo que se ha denominado como “mundo aymara”, a la vez que visualizar las particularidades regionales y las variaciones contextuales que dan forma a la institucionalidad religiosa y cultural de los habitantes y migrantes andinos en la región de Arica y Parinacota. El texto aquí presentado sintetiza el primer trabajo de este tipo realizado en la región de Arica y Parinacota, constituyéndose en un indudable aporte a la comprensión de las dinámicas de producción y reproducción de la sociedad aymara–chilena en un contexto marcado por las relaciones de frontera entre e intra estados nacionales. En términos políticos, lo anterior resulta especialmente relevante, en tanto evidencia la convergencia entre este trabajo y múltiples esfuerzos realizados desde distintos espacios de la sociedad chilena, por relevar el carácter pluricultural y multiétnico que ha sido históricamente enmascarado por la narrativa nacional hegemónica, invisibilizadora de la diversidad social y cultural característica del Estado chileno. |
![]() |
Rodrigo Moulian Tesmer. Metamorfosis ritual desde el ngillatun al culto pentecostal. Teoría, historia y etnografía del cambio ritual en comunidades mapuche williche. VALDIVIA - CHILE: Ediciones Kultrún, 2012; Pp. 572. |
|
INTRODUCCIÓN Esta metamorfosis ritual tiene como correlato los procesos de transformación sociocultural, que han moldeado la vida de las comunidades indígenas en los dos últimos siglos. Ellas se han visto afectadas por la pérdida de la soberanía territorial, la progresiva disminución en el dominio de las tierras y la constitución del régimen de propiedad, que conducen al empobrecimiento de su población y fuerzan a la migración de sus habitantes. Sufren la subordinación política y administrativa al Estado Nación, que impone una chilenización forzada e intenta borrar las diferencias étnicas a través de políticas de homogeneización cultural, desde la evangelización y la inculturación de la fe, hasta la escolarización y la aculturación lingüística. Experimentan la penetración de actores e instituciones de la sociedad dominante en su espacio y una prolongada situación de contacto que llevan al mestizaje racial, la hibridación cultural y a una creciente depreciación y pérdida de vigencia de los recursos culturales propios. En este contexto, el ngillatun y el culto pentecostal es para el autor casos contrastantes que invitan a pensar la relación entre las transformaciones rituales y los procesos de cambio sociocultural que éstos reflejan o potencian. La metamorfosis ritual se presenta, entonces, como una instancia de reflexividad social, que registra y expresa los cambios del entorno. Esta especularidad implica, como contraparte, un sistema de mediaciones (la articulación de las dinámicas del ritual con los procesos de transformación sociocultural) cuyo análisis permite explicar los cambios y mutaciones de las prácticas rituales. El presente trabajo de investigación se desarrolla en la zona sur de Chile, en comunidades williche, nombre con el que se reconoce a una de las especificidades identitarias regionales del pueblo mapuche. Esta etnia conforma la población indígena más numerosa de Chile, de estirpe famosa por un espíritu guerrero que la hizo irreducible a la conquista española y resistente a la dominación por parte del Estado chileno. De acuerdo al Censo demográfico del año 2002, la población que se autorreconoce mapuche alcanza a las 604 mil personas, lo que representa casi al 4% de los habitantes del país. Su presencia se sitúa mayoritariamente en la capital (Santiago de Chile), donde han llegado como migrantes, y en las tierras ancestrales de las regiones de la “Araucanía” (IX), de “Los Ríos” (XIV) y de “Los Lagos” (X), donde son un grupo significativo en términos sociales y demográficos, y culturalmente diferenciado. La mayor concentración se encuentra en la IX región (de la Araucanía), con una representación del 23% de la población. En la región de Los Ríos, donde se sitúa el estudio, corresponde al 11% de sus habitantes. En mapudungün (lengua mapuche), el término “williche” significa “gente del sur”. Se trata de una expresión indexal, cuyo contenido se especifica de acuerdo a la posición de quien lo emplea. No obstante, en la literatura histórica y etnográfica se usa para designar a las agrupaciones mapuche que se ubican al sur del río Toltén. Éste es un territorio bastante extenso en el que se pueden distinguir distintas zonas etnográficas. El Pikunwillimapu, correspondiente al área norte de las tierras del sur, con poblaciones que se autoidentifican como mapuche o lafkenche, se ubica en el límite de las provincias de Cautín (IX región) y Valdivia (XIV región). El Futawillimapu o “grandes tierras del sur”, comprende las provincias de Lago Ranco (XIV región) y Osorno (X región), y es el espacio que alberga a las agrupaciones que se reconocen como williche. El Futawuapi, isla grande de Chiloé, localizada al sur de la región de Los Lagos (X), es la tierra de los veliche. Esta investigación se circunscribe a la segunda de estas áreas etnográficas y se encuentra delimitada a las comunas de Lago Ranco y Río Bueno, emplazadas al sureste de la región de Los Ríos. Aquí, el término “williche” se emplea como autoadscriptor identitario por los miembros de las comunidades indígenas, de modo que la categoría académica coincide, felizmente, con el sentido de pertenencia étnica. Si bien los williche del Futawillimapu se reconocen como mapuche, comparten capitales culturales, lingüísticos, sociales y religiosos con los demás miembros de esta etnia, y un devenir histórico común, presentan igualmente especificidades socioculturales y diferenciaciones históricas que los distinguen. Sus agrupaciones pactaron la pacificación definitiva en 1793, casi cien años antes que los mapuches de la Araucanía, iniciándose a partir de entonces el proceso definitivo de incorporación a la sociedad nacional. Como consecuencia de esto, su sociedad manifiesta un mayor grado de transformación interna y aculturación. En el espacio donde se desarrolla el estudio, se ha perdido el conocimiento del mapudungun y se ha impuesto el monolingüismo castellano. El sistema religioso/cosmovisionario vernáculo se ha desestructurado. Sus representaciones sagradas han mutado, influidas por la evangelización católica. La mayor parte de sus prácticas rituales han caído en desuso, víctimas de la estigmatización. El lepün o ngillatun williche es la excepción, al punto de constituirse en el principal mecanismo de expresión de la etnicidad. Se trata de un ritual comunitario de carácter sacrificial, que se realiza una vez al año, vinculado al ciclo agrícola. Si bien hoy se encuentra sincretizado, en él se preservan y proyectan las formas simbólicas propias del universo cultural mapuche williche. Se trata, no obstante, de una supervivencia de su sistema cosmovisionario erosionado por la acción aculturadora. En las comunidades williche bajo estudio, el evangelismo pentecostal es la manifestación religiosa predominante. Su oferta de intervenciones milagrosas del Espíritu Santo, el anuncio de la proximidad del fin de los tiempos, sus promesas de vida eterna para los que se comprometan en los caminos del Señor –la socialización de una ética salvífica– producen aquí una redefinición de los principios identitarios. Si en un caso el ritual es testigo, en el otro es fermento del cambio. El objetivo general de esta investigación es explicar el cambio de las mediaciones rituales que se advierte en el ngillatun williche y supone la emergencia del culto pentecostal en las comunidades indígenas del área bajo estudio. Las principales hipótesis de trabajo plantean que el lepün o ngillatun williche presenta una mediación expresiva del cambio social. En este caso, los procesos de transformación del contexto sociocultural se expresan en la modificación de las formas simbólicas del ritual y el cambio de sus mediaciones. En contraste, el culto pentecostal muestra una mediación estructurante del cambio social. Dicho de otro modo, en este caso la mutación del tipo ritual no sólo expresa las transformaciones del contexto, sino actúa como un vector que acelera el curso de éstas. El ngillatun williche y el culto pentecostal se presentan como casos contrastantes que ponen a prueba el modelo teórico presentado por el autor. En ellos se puede ver distintos tipos de mediaciones rituales y modos de procesar el devenir social. En el primero se muestra la transformación interna de un tipo ritual que hace del cambio un mecanismo de adaptación favorable a su continuidad. En el segundo, la sustitución del sistema por un nuevo paradigma que se integra al proceso de transformación, proponiendo una reformulación de la identidad. |