Literatura andina:

 

(EN QUECHUA)

Letra: Luis Enrique Cachiguango

Música: Jaime Maldonado

PURIK KANCHIK
 
SOMOS CAMINANTES
Mashna Ñantacha purinchik,
alli kawsayta maskashpa.
Ñukanchik kaywan purinchik,
alli kawsayta maskashpa.

  Cuantos senderos caminamos,
buscando una vida mejor.
Caminamos con lo que somos,
buscando una vida mejor.

Ay inti taytawan purinchik,
runa kawsayta katishpa.
Ay sisa ñankuta purinchik,
runa kawsayta katishpa.
  Ay caminamos con el padre sol,
continuando la cultura andina.
Ay caminamos por caminos florecidos,
continuando la cultura andina.
Tukuy llakita yallinchik,
runa kayta rikuchishpa.
Sinchi sinchimi kawsanchik,
runa kayta rikuchishpa.
.
  Vencemos todo obstáculo,
demostrando ser andinos.
Vivimos con la fuerza ancestral,
demostrando ser andinos.

 

( EN AYMARA)

Autor: Zenón Canaviri Vargas

PACHA MAMASA
 
LA NATURALEZA
Taqi jakirinakana taykaparakiwa
kuna, yänakana utkaskirinakansa.
Pacha mamaxa jakaña churapxistu
muspharpayañani, yäqaparkiñani.

  Madre es de todo ser viviente,
De cosas y objetos existentes
La naturaleza nos da la vida,
Debemos admirarla y respetarla.
Pacha mamaxa taqiruwa uñasipxistu,
ukalayku jiwasax munasipxañsa utji
Pacha mamïpana jiwasax akan utjtana
askitaraki, jak’atarakiwa uñasipxañsa.
  La naturaleza nos da el cuidado,
Por eso todos debemos apreciarla.
Nos debemos a la madre naturaleza
y, conservarla es nuestro deber.
Pacha mamana churataparu jiyamaraki
utjiyarpistu; umaxa samaxa, manq’añasa.
Uywiri mamsasti churapxarakistuwa;
isichaña, kusisiña, uywasirakistawa.
  Con la concesión de nuestra madre
Tenemos; agua, aire y todo alimento
La madre protectora nos proporciona
Comida, ropa, felicidad y protección.
Pacha mamasaru muspharañsawa wakisi,
pachi, k’acha munañparu yäqapxañani
yupaychapxañani jani irjayata uñjasiñataki
saxra tipusiñpanti, qhuru t’aqisiñapanti.
  Admiremos la madre naturaleza,
Gracias a su bondad tenemos vida
Respetamos para no ser condenados
Por su enojo y sus adversidades.

 

Autor: Sebastián Gomez Torres

UN ZORRO Y UN ANCIANO

En un aldea, vivía un anciano solitario, y tenía un hábito de comer a media noche todas las noches, y sucede que una noche como es de costumbre se acostaba en la cocina después de cocinar mazamorra de quinua, dejando la olla de mazamorra encima del fogón a fin de que esté caliente hasta media noche, y él se dormía profundamente.

Mientras entraba un zorro se lo había comido todo sin dejar nada. Cuando el anciano se despertó a esa hora de la media noche ya no encontraba nada y creía que se había desbanecido al aire. La otra tarde cocinaba en otra olla nueva con boca angosta. También el zorro entraba y comía la mazamorra metiendo la cabeza dentro de la olla. Terminando de comer ya no podía sacar la cabeza de la olla, y de repente aparecía un ratón, le decía: ¿qué haces compadre?, yo también quiero comer; al que le suplicaba el zorro: compadre te ruego por favor no puedo sacar mi cabeza de la olla, arroja con piedra y rompe la olla. Entonces el ratón tiraba con “takya” o excremento de la oveja lo cual no hacía nada por varías tiradas. De repente se despertó el anciano para la hora que tenía que comer; el zorro sorprendido de repente dio un cabezazo con la cabeza dentro de la olla, que se rompió en la cabeza del anciano, y el anciano sorprendido corría saliendo de la cocina creyendo que eran asaltadores, pidiendo auxilio con toda la cara pintada con mazamorra, donde se juntaban harta gente.

 

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