Editorial:
"MEDICINA ANDINA"
La medicina andina, su puesta en valor, sus dimensiones míticas, y su reproducción, es el tema de la presente edición de la revista Volveré.
Para el mayor entendimiento de esta práctica material y simbólica, hay que remitirla al horizonte que le da sentido y significado, en otras palabras a la visión del mundo sobre la que sustenta. Con una herencia de varios siglos, este conjunto de saberes ha sabido, a través de sus diagnósticos y tratamientos, reproducir un estilo de vida que sólo se entiende en la medida en que entendamos que el ser humano, sólo adquiera visibilidad, en la media en que los insertemos en su comunidad y en el cosmos.
Cuerpo, ayllu y mundo, constituyen una sola unidad, algo que al quebrajarse, ya que sea por falta de compromisos asumidos (económicos, rituales, políticos, etc.), puede desencadenar una enfermedad. Por lo mismo, un adecuado diagnóstico y tratamiento, tiene y debe considerar esos aspectos. Estas ideas muy bien desarrolladas y sistematizadas en el trabajo de Luis Enrique “Katsa” Cachiguango.
El trabajo de Gerardo Fernández Juárez, nos proporciona abundante material teórico y etnográfico para comprender la práctica del Kharisiris. Y más aún nos indica los problemas de la interacción entre un sistema médico andino con el sistema médico dominante occidental, llamado científico.
En el fondo queda de manifiesto, que entre estos dos sistemas médicos existe una percepción del cuerpo diametralmente diferente. En el mundo andino, el cuerpo es la expresión del cosmos, mientras que para Occidente, es un ente autónomo, que se regula en forma independiente. Interesante resulta notar como la cultura andina, ve en la figura del Kharisiris, a los organismos del estado, a los curas y porque no, a las iglesias evangélicas. Esta figura, la del Kharisiris, que extrae parte del cuerpo de los seres humanos, se le simboliza con las fuerzas de Occidente que operan bajo el mismo procedimiento, ya sea en el cuerpo como en las almas. La mejor terapia para la acción del Kharisiris es la carne del ombligo, o sea, el retorno a la unidad con la madre, que es también, a la madre tierra. La identidad opera entonces como el antídoto para la enajenación de los cuerpos y de las almas.
Esperamos con la edición de estos trabajos, además de la guía bibliográfica ofrecida, entregar a nuestros lectores, nuevos insumos para una mejor comprensión y valorización de la medicina andina.
BERNARDO GUERRERO JIMÉMEZ
Presidente IECTA