JUNIO: TIEMPO SIMBÓLICO Y DETERMINANTE PARA LOS INDÍGENAS ANDINOS
Expresa Momentos Rituales y de Compromisos
Antp. Efraín Cáceres Chalco
Director de la Revista Volveré
El mes de JUNIO de todos los años es un tiempo que simboliza para los indígenas andinos un tiempo muy delicado sensible e intenso. Ya que en él se desarrollan actividades rituales que están asociados al sistema cósmico, solar, que inciden sustancialmente en sus actividades económicas agrarias y de crianza de animales.
Por esta razón es el mes en él que se desarrolla activamente ritos indígenas andinos que actualmente van cobrando relevancia en la actividad de las diferentes instituciones.
Actualmente con estos eventos culturales y rituales, vienen haciendo retroceder, la idea de que los ‘pueblos indígenas deben renunciar a sus orientaciones e identidades culturales en favor del progreso’ (Gelles 2002: 257) pues ahora viene sido reemplazada por una percepción más flexible y dinámica según la cual ‘(...)los pueblos indígenas en los Andes y en otros lugares están demostrando que su particularidad cultural es absolutamente compatible con la modernidad, los espacios urbanos, la migración transnacional y la movilidad social(...)’. Por esta razón: “La cultura indígena andina debe ser entendida como una entidad constituida histórica y socialmente, como algo que se transforma y reproduce por medio de las prácticas cotidianas de millones de personas. La producción cultural andina es dinámica y adaptable y ofrece orientación e identidad tanto a los habitantes de los Andes como a los emigrantes que están más allá de las fronteras locales y nacionales (Gelles 2002: 258).
Junio es el mes en que se desarrolla el Inti Raymi [fiesta del sol] en Cuzco, evento que tiene diferentes aristas de manifestación, desde los propósitos de las autoridades locales que le dan el fin turístico, hasta la visión de los comuneros indígenas andinos que a modo de un peregrinaje presencian todo el evento tomando muy en cuenta las palabras del “Inka” y su sacerdotes y observando atentamente los movimientos del inka para determinar si es un “Waqa Inka” [Inca loco] o es un “Sumaq Inka” [Inca bondadoso]. Por lo tanto hay en el público veedor del Inti Raymi, un conglomerado de espectadores que le dan sentidos diferentes, unos de vida, otros simplemente de teatro. Este aspecto hasta la fecha viene escapando a la observación docta de los investigadores. También, alrededor de este evento se desarrollan muchos otros eventos previos que confluyen y concluyen en este evento central como: El evento de Q’ishwa Chaka [puente de soga de paja] que se encuentra aproximadamente a unos 20 kilómetros de Quehue, distrito de Canas (Cuzco) y se halla, sobre el río Apurimak [dios hablador]. El rito y el trenzado del puente de paja se realiza con un festival de danzas y es un festival en la que últimamente interviene la figura del Inka, como imagen que legaliza, reafirma utopías y hace renacer sentimientos, aun cuando es simplemente teatralizado. Se siente en los comuneros indígenas andinos actitudes muy especiales de simpatía y respeto a esta imagen. Este festival de danzas es competencia de selección de representantes para el festival de Raqch’i en el distrito de San Pedro, provincia de Canchis, en donde también recientemente (2004) tuvo presencia la imagen del Inka, para de allí ser seleccionado para el festival de Inti Raymi en Cuzco. Otro evento es la salida de los cuatro Inkas de Paqariqtapu. Todos estos eventos se desarrollan en el Cuzco.
Mientras en otros espacios como en Puquio, Ayacucho, se efectúa el ‘chaco de vicuñas [wik’uña chakuy], del 24 al 25 de Junio en la Reserva Nacional de Pampa Galeras, Ayacucho esta actividad cultural, que rescata las habilidades que tenían los antiguos indígenas andinos para el manejo de las vicuñas. Consiste en crear un enorme cerco humano que rodea las extensas áreas de la pampa andina de Galeras, obstruyéndole el paso a estos tiernos camélidos y posteriormente llevarlos a amplios corrales donde serán esquilados sin poner en peligro su existencia y, luego, dejarlos en libertad.
Otro, la celebración es el Willkakuti [retorno del sol] y el nuevo año aymara 5515 se efectuó en el pueblo de Tiwanaku, situado a una hora de la ciudad de La Paz, en dirección al lago Titicaca. Según las autoridades locales este año 40 mil personas arribaron a este encuentro con el renacer del Sol. Jaime Chuquimia Luna, vicepresidente de la junta de vecinos del cantón Tiwanaku, explicó que la mayor parte de los asistentes eran bolivianos, “en el país las naciones originarias han cobrado mayor importancia y existe mayor conciencia por nuestra cultura”.
Por lo tanto Junio es el mes más importante en su calendario ritual y festivo para los indígenas andinos. Y es en este tiempo en que empiezan las observaciones de las diferentes señas para el pronóstico del nuevo calendario agrícola.
Es en este sentido que presentamos dos artículos tendientes a explicar la importancia de el conocimiento del clima en los andes:
El Artículo “Lo que ‘El Niño’ dejó en la Sierra Central del Perú”, es una nota de alarma sobre lo acontecido en 40 provincias, correspondiente a 5 departamentos andinos del Perú, ya que fueron gravemente afectados por la helada considerada como suceso extraordinario no registrado en la historia andina hasta la fecha, por la intensidad y la extensión espacial. Este acontecimiento afectó gravemente, tanto en términos económicos, como en términos sociales y ecológicos. Las implicaciones del desastre pasaron especialmente en zonas consideradas las más pobres del Perú. Añadiendo a este hecho, el artículo resalta la preocupación al peligro de perderse la agrobiodiversidad de cultivos como papas nativas y maíz. Existen por ejemplo más de 500 variedades de papas morfológicamente caracterizadas, y consecuentemente reconocidas en el departamento de Huancavelica. Para el agricultor indígena andino, esta diversidad representa una herencia de sus antepasados porque la semilla es herencia familiar irremplazable y un componente integral de su sistema alimentario.
El artículo “Fotos Satelitales contra Señas de la Pacha: Evaluando la Previsión Climática Andina” de Porfirio Enríquez Salas, presenta un contraste de los datos “confiables” de la NASA mediante fotos satelitales difundidos por los diferentes medios de comunicación con las señas observadas por los indígenas andinos. Para esto el autor utiliza testimonios de diferentes comuneros del altiplano y las informaciones difundidas por los medios de comunicación. Los resultados nos informan de la siguiente manera: “Al finalizar la campaña agrícola 1997-1998, durante los meses de abril, mayo y junio, pudimos comprobar in situ que contra todo pronóstico científico, la producción agrícola en las comunidades campesinas del altiplano peruano fue óptima”. Es decir, que una vez más los indígenas andinos tuvieron la razón. La fuente para el pronóstico del tiempo de los indígenas andinos son las “señas”. Esto demuestra que existe una forma andina de hacer bien las cosas.
Los dos artículos por lo tanto, apuntan a comprender el uso de las señas y la importancia del clima para el trabajo de la chacra en los Andes.
Esperamos que los lectores de la revista hallen en estos materiales información para comprender y construir proyectos de desarrollo autónomo con identidad propia para los indígenas andinos.
Iquique, Junio del 2007