Lo que “El Niño” dejó en la Sierra Central del Perú
por Paul Los
Fotografías de Stef de Haan
En grandes partes de la sierra central del Perú, en la noche de 16 a 17 de febrero del presente año, sucedieron heladas extraordinarias, no registradas a la fecha. No fue solamente la intensidad extrema de la helada, sino también la inmensa área donde ocurrió. Más de 40 provincias, divididos entre 5 departamentos Andinos del Perú, han sido gravemente afectados. El Gobierno del Perú declaró en emergencia 41 provincias de los departamentos de Huancavelica, Junín, Apurímac, Ayacucho y Puno, debido a los enormes daños provocados por las heladas que azotan los andes peruanos. Algunos de los campesinos mayores recuerden años con una alta nivel de daños, cómo por ejemplo la campaña agrícola del año 93/94, pero el impacto nunca ha sido tan fuerte.
Evaluando los daños.
La situación es aún más preocupante para ciertas provincias como los del departamento de Huancavelica, como Huaytará y Castro Virreina, donde además de las intensas heladas, también sufren los efectos de las sequías y una plaga de ratas. Una dramática realidad que se repite en Pasco, Puno, Huánuco, Junín y Ayacucho.
El daño de la granizada.
Los afectos ocasionados por las heladas son tremendos, tanto en términos económicos, como en terminos sociales y ecológicos. Las implicaciones de este desastre son especialmente graves, ya que las zonas afectadas pertenecen a las zonas más pobres del Perú. Los reportes indican que los daños económicos por este fenómeno natural, sólo en los departamentos de Huancavelica, Junín y Pasco ascienden a más de 80 millones de soles, es decir, unos 25 millones de dólares. Una gran parte de la población de estas zonas altas vive en extrema pobreza, con ingresos anuales que a menudo son no más de 500 US $.
Desconcierto general ante el daño.
Por ejemplo, en la región Huancavelica 27 mil hectáreas de cultivo se han perdido completamente y más de 10 mil han sido afectadas, los cultivos de papa han sido arrasados en un 60%, mientras que los sembríos de cebada y maíz también figuran entre los más dañados.
La cara lo dice todo.
En muchas zonas afectadas una gran parte de la población se dedique al sector agropecuario, de lo cual dependen para sus ingresos económicos, pero no menos importante, para su seguridad alimentaria. Los sistemas de producción son muy tradicionales con una muy baja nivel de tecnificación.
Todavía inconscientes de la hambruna de mañana.
Luego, zonas como Huancavelica son microcentros de conservación in-situ de agrobiodiversidad de cultivos como papas nativas y maíz. Existen por ejemplo más de 500 variedades de papas morfológicamente caracterizadas, y consecuentemente reconocidas para el departamento de Huancavelica. Es justamente esta agrobiodiversidad que corre el riesgo de perderse por efecto de las heladas extremas que se han presentado en febrero del 2007. Para el agricultor esta diversidad representa una herencia de sus antepasados (muchas veces la semilla es herencia familiar) y un componente integral de su sistema alimentario. Las variedades nativas no se pueden reemplazar simplemente por variedades mejoradas porque no cumplen integralmente con las preferencias locales por diversidad (chaqru en Quechua), adaptación a la agroecología regional, uso en procesos locales de procesamiento como son el chuño, etc.