VIOLENCIA EN LOS ANDES
En el mes de mayo, en los andes, se desarrolla las fiestas de las cruces. Esta fiesta recorre los andes como una festividad de gran relevancia e importancia en el calendario y el panteón indígena andino.
La cruz, como objeto sagrado preside múltiples manifestaciones religiosas, culturales, es el símbolo predominante en la religiosidad indígena andina.
De acuerdo con las opiniones de José Luís Gonzáles (“El Huanca y la Cruz: Creatividad y Autonomía en la Religión Popular”, Lima: Tarea – IDEA. 1989), La cruz actual adquiere el carácter de símbolo panandino en virtud de un complicado proceso de interrelación y reinterpretación. Este proceso da como resultado que se trasfirieran a la cruz cristiana muchos de los significados y funciones de las deidades indígenas andinas prehispánicas como por ejemplo del Huanca, divinidad indígena andina que tiene que ver con la interrelación de la Pachamama y sus chacras.
A no dudarlo, el indígena andino es el que más reverencia a la cruz en sus actividades festivas y rituales de todo tipo: “Con la Cruz nacemos y con la Cruz morimos”, este testimonio aymara circunlacustre del altiplano puneño, ilustra el carácter y la importancia de la Cruz para los runas indígenas andinos. (Gonzáles: 1989: 51).
En Cusco como región, se desarrolla la festividad del “Cruz vilakuy” [velar las cruces], consiste adorar las cruces durante toda la noche del 2 de mayo hasta el amanecer del 3 de mayo en todo los ambientes: desde los familiares, hasta los locales e institucionales.
En este mes de las cruces que simboliza sacrificio y también dolor, en este número de la Revista Volveré del IECTA, presentamos tres trabajos que tienen como unidad temática la “Violencia en los Andes”:
Primer artículo: de Severo Loayza Huamán sirve como un estudio de contextualización de la zona en la que se desarrolló la mayor violencia en la historia de los andes, es decir es un estudio de caso que contextualiza a las comunidades alto andinas dedicadas más a la crianza de animales, y que a la vez es el común denominador de las comunidades de las provincias de Ayacucho, Puquio, Andahuaylas y Huancavelica, en donde la identidad entre la población alto andina en este caso como Vinchos – Ayacucho, está definida por la existencia de elementos que caracterizan a un ser y lo diferencian de otros, en base a categorías lógicas de clasificación indígena andina. Esta es la identificación de los símbolos materiales e ideológicos que caracterizan diversos entes, que implica relaciones múltiples para percibir diversas funciones de permanencia de unidad y diferenciación. La identidad toma elementos como el origen, que define el surgimiento de un elemento cultural frente a otros que los diferencia.
Es fundamental primero comprender la base económica en la que se desarrollan las comunidades para entender la dimensión cultural y esta ligada a sus propuestas y visiones que manejan sobre todo tipo de tópicos incluida la violencia.
Pero Severo no se queda en el simple trabajo etnográfico, sino platea que los rituales, que marcan diferencias en cada acto ceremonial son expresiones de la identidad andina, que resulta después del encuentro de dos culturas; una cultura, dominante imperativa desde la conquista y, otra avasallada sojuzgada, pero que ha ido recreándose e incorporando elementos nuevos convirtiendo en elementos que simbolizan la persistencia de una identidad étnica del "Sallqaruna" enraizada en la zona alto andina de la región de Ayacucho, que identifican incluso la territorialidad, la misma que globaliza las identidades de los pastores de llamas y alpacas.
Con estos elementos se puede comprender por ejemplo, el porqué la violencia de Sendero Luminoso, no pudo ingresar a las comunidades indígenas de los Chupqas de Huancavelica.
Segundo artículo: de Félix Auqui Baygorrea evidencia en su estudio la presencia y el impacto de las enfermedades andinas durante la violencia socio política, fundamentalmente en ésta parte del área andina de nuestro país; para con ello entender la salud – enfermedad andina, desde los pobladores indígenas andinos y sus implicancias en la salud actual de los mismos. Además, nos demuestra la gran cantidad de muertes indirectas a causa de la enfermedad andina como el “Pacha”, a consecuencia de la Violencia Socio Política, la misma que abre una nueva polémica en relación a la cantidad de muertos directas e indirectas ocurridos durante estas décadas de violencia vivida en los andes.
Los resultados del estudio nos indican que hay una cantidad considerable de muertos indirectos a causa de la violencia socio política y en la actualidad otra cantidad de enfermos padeciendo de ellas, ambas asociadas a las enfermedades andinas. Y finalmente se pregunta si las muertes descritas en este estudio, se encuentran plasmadas en la cantidad de muertos reportados oficialmente en el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, que ascienden a 23,969 peruanos muertos y desaparecidos; o tal vez se encuentran dentro de los cálculos estadísticos aplicados a través de la metodología llamada de múltiples sistemas que estima como cantidad más probable de 69, 280 personas.
Tercer artículo: titulado “CH’IARAQHI GUERRA INDÍGENA ANDINA: Violencia en los Andes”, el autor expone cómo esa batalla ritual y confrontación significa para los indígenas andinos una referencia y reafirmación simbólica de la reciprocidad, complementariedad y la comunidad. No existe enemistad ni se consideran enemigos, los que en ella participan, sino es una batalla ritual dentro de las normas de la cosmovisión indígena andina que es sui géneris, es decir, es una maneras colectivas para realinear identidades, políticas y restablecer relaciones jerárquicas de autoridades comunales entre los miembros de una misma comunidad indígena andina y sus pares locales y regionales, así mismo con sus deidades como la Pachamama, Apus y Amarus, como formas simbólicas de representar su forma de producción agrícola y crianza de animales.
Mostrar estos dos tipos de violencia en este número de la Revista Volveré, tiene un propósito, de ver claramente las formas de violencia que se pueden desarrollar en el espacio andino, el articulo de Félix Auqui Baygorrea nos muestra los resultados de una violencia que se gestó con mucha claridad, desde el medio urbano, con categorías ideológicas muy diferentes a los que maneja el indígena andino y que tuvo o tiene resultados destructivos devastadores con consecuencias y secuelas de hecatombe para los pobladores de la cultura indígena andina. Esta violencia trajo como consecuencia la mayor cantidad de muertes, (70% según la CVR), las fosas comunes son los mudos testigos de estos hechos en la que se sacrificó en algunos casos comunidades integras, esto lo evidencia las casa abandonadas que hasta la fecha se pueden observar en el espacio de la región ayacuchana o la manada de chanchos cerriles que actualmente existen en estos espacios.
Por otra parte en el artículos de Ch’iaraqhi, muestra una violencia gestada en las entrañas de la cultura indígena andina, es decir, desde el mismo ande, violencia que contiene todo los elementos de la cosmovisión indígena andina, y la diferencia es que este tipo de violencia en los andes, construye y no destruye comunidad y sociedad, construye reciprocidades y complementariedades, que fortalecen sus lazos comunales, locales y regionales.
Los tres artículos por lo tanto, apuntan a comprender la violencia en los andes de forma clara con presencia cultural de símbolos y significados.
Esperamos que los lectores de la revista, hallen en estos materiales información para comprender y construir proyectos de desarrollo autónomo con identidad propia para los indígenas andinos.
Cusco, mayo de 2007
Antp. Efraín Cáceres Chalco
Director