LIBROS NUEVOS
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Federica Apffel Marglin: Criar juntos mundos vivos y vivificantes: conversaciones entre lo andino y lo moderno. SAN MARTIN – PERU: Wamam Wasi, 2004 186 p.
RESUMEN
Introduce al conocimiento de dos mundos y a la transición a fortiori de uno en el otro. El mundo que impone la llamada globalización y el que se resiste a ella. En nuestro caso, el imperio de la cultura moderna originada de Europa Occidental y el de la cultura originaria de los Andes. El cotejo de ambas culturas no es sólo un ejercicio intelectual, sino es una cruda realidad cotidiana que ha puesto en peligro de extinción a la especie humana y de destrucción al mundo.
En esta obra la autora presenta los siguientes ensayos:
- La Enseñanza de la Agronomía en el Perú... da respuesta a los interrogantes que se planteó Federica Appfel al recorrer nuestro país y compenetrarse con él. Para ello, hurgó en la historia de La Molina y en la historia del surgimiento de la ciencia en Europa Occidental.
Establece el derrotero de la ciencia hasta que ésta logra separarse de la religión y, aún más, suplantarla. La ciencia moderna occidental se ha convertido en la religión de la modernidad. Y es en las universidades donde se forman a los científicos para difundir los nuevos dogmas. Es en nombre de la ciencia que se recusa el conocimiento andino. Conocimiento andino que es reivindicado en el presente ensayo.
- Feminismo desarrollista y Neocolonialismo en las comunidades andinas es un ensayo que refuta y deslegitima la noción oficial de género y la argumentación del control de la natalidad como política del Estado. Así mismo, pone de manifiesto las implicancias que dicho control acarrea. Las autoras asumen la perspectiva de la cultura andina y la contraponen a la cultura moderna occidental.
En la misma historia de Europa Occidental revisan las categorías cuerpo y salud y establecen fechas en que se biologizan el cuerpo y medicalizan la salud. Y la universalizan dichas categorías con la construcción de la ciencia y la formación de un Estado liberal moderno. Así es como, hasta en la actualidad, las políticas del Estado tratan de avasallar las diferencias culturales y sociales e imponer valores individualistas.
En el Perú, durante el gobierno del ingeniero Alberto Fujimori, ahora fugitivo de la justicia, se aplicaron planes compulsivos de esterilización de mujeres campesinas. Al personal del sector salud se le movilizó a través de premios o sanciones.
- El Espíritu de las aguas, su olvido y su recuerdo cuestiona la manera de adquirir y aplicar el conocimiento denominado científico. Y, más aún, La manera de vivir y conceptuar la vida en donde el conocimiento científico es el hegemónico. Felizmente, no se limita únicamente al cuestionamiento o recusación; sino detecta una perspectiva humanista que aún se halla en la cultura andina.
El Espíritu de las Aguas, su olvido y su recuerdo, devela el trasfondo de las prácticas científicas y de los programas de desarrollo; así como también cuestiona la suposición de que las prácticas rituales pertenecen exclusivamente a un ámbito simbólico y, por consiguiente, no fuesen materialmente efectivas.
Para hacer evidentes sus afirmaciones, la autora ha tenido la perspicacia de elegir la autobiografía de una comunera que llegó a la Universidad de Huamanga, la descripción de la fiesta Yarqa Aspiy de la comunidad ayacuchana de Quispillacta, y consultar una selecta bibliografía en inglés para configurar un breve y asombroso cuadro histórico de las condiciones políticas de Europa Occidental que dieron origen al nacimiento de la llamada ciencia moderna.
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Proyecto Andino de Tecnologias Campesinas: Sabores y saberes: comida campesina andina. LIMA - PERU: PRATEC, 2004, 199 p.
RESUMEN
Las comunidades quechuas llaman a los cultivos que crían en las chacras con el nombre de kawsay Kawsay también es vida pero significa además comida, de modo que lo que se cultiva en las chacras es comida para la vida. Si cada variedad es una comida vivificante que tiene su sabor, sea crudo o cocido, solo o combinado, podemos imaginar la enorme diversidad de sabores que fructifican en estas tierras. Si a eso añadimos la sabiduría que implica su cultivo, podremos entender que estamos frente a una estimulante enciclopedia viva del saber y del sabor intrínsicamente asociada a la diversidad biológica cultivada.
¿Qué conocemos de esta sabiduría? La verdad es que muy poco. La conversión de la naturaleza en recursos, la transformación de los humanos en factores de producción, y el predominio de la química en el conocimiento y modificación de los alimentos ha reducido esta cultura del sabor y del saber -muy propia de culturas primordiales- a cuantificaciones alimenticias. La modernidad calló las voces de la culinaria profunda.
En un período que no tiene más de 150 años, la comida, que era parte de un ritual de convivialidad comunitaria, extravió sus propósitos de ofrenda y agradecimiento a la naturaleza por uno de codicia y signo de poder. Su inicio lo marcó ese funesto día en que el moderno declaró y difundió, en consonancia con el apetito de la máquina y la certeza de la ciencia, que el cuerpo humano en todas partes del globo era un mecanismo que requería, para seguir funcionando, de 3200 calorías diarias.
La noticia se propaló por todo el planeta y fue santificada por el sistema educativo. Desde ese momento, el comer se volvió fatiga y necesidad, creándose más tarde una institucionalidad multilateral que en vez de declarar como propósito una nueva relación con la naturaleza, hizo de la quimicalización de la simiente la arena de sus intervenciones. Su presencia en nuestras tierras cambió de pronto el nombre de la papa por carbohidratos, el de la chirimoya por vitaminas y el de los camarones por proteínas. La higiénica línea blanca promovida en La cocina, y que nos llegó luego, despojó al fogón de su facultad regeneradora, instauró el dominio de Los congelados, y expulsó a la familia de su ámbito preferido de convivencia.
Esta simplificación desmesurada de la vida tenía que hacer crisis algún día. Las familias pudientes del mundo comen, qué duda cabe, pero lo hacen peor que nunca. Una existencia extraviada no halla recompensa en el hartazgo babilónico. Pero aún así esto no provoca la falta de comida. Comida sobra en el mundo, pero se distribuye mal y se come mal. La cultura light, el vegetarianismo recalcitrante, la ayuda alimentaria, y las modas culinarias son parte del problema, no su solución. El 50% de obesos en la sociedad norteamericana no refleja sólo carencia de salud. Lo mismo que las masas humanas que languidecen en las calles de las grandes ciudades del mundo, no revelan sólo un problema de hambre. Son signos de que la máxima cartesiana de ser "dueños y poseedores de la naturaleza" llegó a su límite y requiere de un cambio profundo.
Este libro que presentamos es una celebración de la comida. Y aunque pueda brindar ejemplos de su preparación, no es un recetario, sino una invitación a vivir en armonía y cariño con la naturaleza, con los humanos y con lo sagrado. Los aymaras llaman con justicia a la comida qipa, que se traduce como trama. La comida en este sentido no es ajena, un recurso fuera de la persona, sino una hebra espiritual que nos une cotidianamente al tejido de la vida.
A pesar de que nuestros campesinos andinos y amazónicos acceden a poco menos del 15% de la superficie cultivable en el país, aportan sin embargo el 60% de los alimentos frescos que consumen las ciudades. Pero esa no es toda su contribución. Los testimonios que nos ofrecen en este texto, contienen un mensaje de que en el Perú se puede comer mejor y bien. Para ello no basta reformar la distribución injusta de tierras en el Perú, sino vivenciar el comer como un rito comunal de agradecimiento hacia los dones que nos proporciona la Pachamama. El libro, recorre artículo tras artículo, rutas y modos de comer, sea de humanos, naturaleza y deidades, que hacen de la comida un acto de crianza recíproca. Se cultiva y cría a la comida, y lo criado también cría a quien lo cultiva. Los dones son mutuos de modo que somos lo que comemos. Este texto es un don que queremos compartir con quien depositó su confianza en hacer posible esta iniciativa que no por pequeña resulta menos significativa.
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Proyecto Andino de Tecnologías Campesina: Una escuela amable con saber local. LIMA - PERU: PRATEC, 2004, 222 p.
RESUMEN
El objetivo de los ensayos que presentamos es hacer visible las posibilidades que el sistema educativo peruano brinda para crear un ambiente de respeto por el saber de las culturas nativas que miles de niños y niñas de las comunidades y pueblos andinos y amazónicos llevan a la escuela.
El proyecto "Niñez y Biodiversidad" del PRATEC se ejecuta en 7 zonas del país: Lamas, Marcará, Chuquihuarcaya, Lircay, Andahuaylas, Sicuani e Ilave, mediante sendos convenios con núcleos de afirmación cultural andina (NACAS). Dos son los ejes de este proyecto: la comunidad y la escueta. En el año 2002, exploramos la noción de niñez en el contexto de la cosmovisión quechua y aymara. Ha sido una primera aproximación al concepto de niñez desde la cosmovisión andina. El año 2003 lo hemos querido dedicar a explorar el segundo soporte de esta iniciativa: la escuela. Y lo hacemos teniendo en cuenta cuatro aspectos:
a. Las actividades de capacitación de los docentes como mediadores culturales.
b. La formulación de planes educativos para la incorporación de los saberes andinos y amazónicos dentro de la estructura curricular de las escuetas.
c. La ejecución en aula y chacra de los planes curriculares que incluyen los saberes de las culturas locales.
d. La participación de los padres de familia en la planificación y ejecución de programas que incluyen la sabiduría local.
Las experiencias que conducen los Núcleos de Afirmación Cultural (NACAS) afiliados a este proyecto son diversos. Algunos han colocado el acento en la escuela, y desde allí se han dirigido a la chacra; otros más bien, han hecho el camino inverso: desde la chacra hacia la escueta. Creemos que ambos caminos son pertinentes en una actividad donde las recetas no existen, y sólo cobran validez dentro de la perspectiva de la crianza de la diversidad de tradiciones cognoscitivas. Estas vías se muestran en el presente texto para debatidos sin otro ánimo que el de "yaparnos", enriquecemos unos con los hallazgos de otros.
Una escuela amable, lo hemos señalado, requiere de docentes amables y que sientan y vivencien con cariño la cultura nativa local y la propia diversidad cultural hemos dicho, una y otra vez, que el cariño no requiere para brotar, de reformas en las normas, sino de empatías y sintonías con las vivencias de la niñez de las comunidades andinas y amazónicas. En el proyecto no se ha considerado el establecimiento de convenios que obliguen a los docentes a hacer algo que no surge de sus sentimientos. El proyecto apela a las emociones y los afectos de los docentes más que a actitudes racionales y de búsqueda de méritos por las acciones interculturales realizadas en la escuela. Nos afirmamos en que una experiencia intercultural en la escuela depende de la existencia de grupos de docentes que afirmen su cultura, y que por tanto tienen la capacidad de conducir de modo sostenido su experiencia de mediadores culturales al margen de la presencia y promoción de ONGS y autoridades educativas.
Estos son algunos de tos temas que se exploran en los 11 breves ensayos que se presentan como expresiones del avance de una reflexión sobre la diversidad cultural en la escuela rural peruana.