LIBROS NUEVOS
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Policarpio Flores Apaza y otros: El hombre que volvió a nacer. Vida, saberes y reflexiones de un amawt’a de Tiwanaku. LA PAZ - BOLIVIA: Centro de Información para el Desarrollo, 1999, 224 p.
RESUMEN
El autor en la primera parte del libro nos relata vívidamente su andar desde pequeño hasta que se consagró como yatiri y qulliri; pasó muchos tropiezos y penurias cuando niño, de esta experiencia vital, ha obtenido una comprensión profunda de las cosas y una evidente paz y armonía internas. Somos sino células de un inmenso organismo cósmico, palpitando al unísono con él. El autor lo expresa así:
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“nosotros debemos caminar como lo han hecho nuestros abuelos, con el mismo sentimiento, con el mismo pensamiento, escuchando a nuestro corazón, agrandando nuestro espíritu. Hay mucha sabiduría en la naturaleza. Debemos observar a nuestras montañas y ser como ellas, fuertes y con un espíritu bueno que protege a los demás, que abraza a los demás. Debemos escuchar y observar a los ríos y ser como ellos, transparentes, con un corazón limpio, sin esconder nada. Debemos observar las nubes que van junto al viento y dan sombra y lluvia a todos. Debemos aprender del Padre Sol que da calor y vida a todos y permite ver con más claridad todas las cosas. Debemos aprender de la Pachamama que brinda alimento y protege a todos. Debemos aprender del viento que purifica a todos”.
En la segunda parte del libro nos transmite parte de sus vastos conocimientos sobre etnobotánica, medicina natural, agricultura, meteorología empírica y astronomía. Además, rescata ritos, cuentos, leyendas, poemas y oraciones, con los que ilustra los valores aymaras. Nos brinda las claves para establecer un diálogo creativo y armónico entre cultura y naturaleza, que él sintetiza de esta manera:
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“El ayllu es la reunión de mucha gente con sentimiento de hermandad; el ayllu incluso es una unión con la Pachamama, las plantas y los animales, y para eso no se necesita ni política ni religión, sólo un corazón grande. Nuestros abuelos tenían un gran corazón, y caminaban con paso seguro porque hablaban con la Pachamama, con las estrellas, con las flores, es por eso que no se equivocaban. ( ... ) Pero ahora la Pachamama está llorando. Los autos, los aviones están contaminando la tierra y el aire, están destruyendo la tierra, y si no escuchamos a las estrellas, al río, a las montañas y a todos esos mensajes de la Pachamama, no vamos a tener nada que comer. Hasta las aves nos están hablando, las flores, los insectos, las plantas. Hoy tenemos que escucharles”.
En la tercera parte del libro, el autor se dirige a sus hermanos y hermanas aymaras, y reflexiona lúcidamente con ellos sobre su situación actual y sus perspectivas. Y dice así:
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“Yo exhorto a mis hermanos: cumplamos con nuestras obligaciones rituales y de reciprocidad como lo hacían nuestros padres y abuelos, no permitamos que se pierda nuestro pensamiento, no nos callemos, no nos dejemos amarrar por ninguna institución. ¡Seamos libres!” “Jilatanaka y kullakanaka, la libertad no nos la va a dar nadie: va a nacer de nosotros mismos”.
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Paul Gelles: Compiladora. Agua y poder en la sierra peruana: la historia y política cultural del riego, rito y desarrollo. LIMA - PERU: Pontificia Universidad Católica del Perú, 2002, 239 p.
RESUMEN
La política cultural de riego, comunidad y desarrollo en los Andes
El autor ha examinado las diferentes historias, modelos de distribución de agua y conflictos del sistema de riego de Cabanaconde. En los primeros capítulos se trató sobre la ecología política del riego; se mostró que la disponibilidad de agua y la recuperación de tierras están mediadas por fuerzas económicas y políticas que actúan en el ámbito comunal, regional, nacional e internacional. La segunda parte del libro profundiza más en la política cultural del agua y del poder, analizando distintas capas de significados culturales y de historia que se encuentran en los modelos locales y estatales de distribución del agua.
Por otro lado, presenta argumentos que sostienen que el choque actual entre el Estado y los modelos locales de riego, incentivado por las burocracias de riego posteriores a Velasco, está condicionado por un legado colonial racista y por una política cultural generalizada en la sociedad peruana de hoy. Los que detentan el poder en el ámbito nacional, y determinan la política del Estado respecto a las comunidades andinas, practican un estilo de vida urbano, criollo y occidental, propio de las ciudades de la costa. Los campesinos de la sierra a menudo se resisten a nuevas formas de distribución; no sólo porque estas suponen la generación de una mayor desigualdad potencial en el uso del agua, sino también porque constituyen una forma de hegemonía cultural de un estado-nación que no comparte ni respeta los valores culturales andinos. La micropolítica del agua en Cabanaconde refleja, entonces, una lucha que se lleva a cabo en cientos de comunidades de la zona andina.
Cultura andina, historia e identidad
El estudio de la relación entre riego y comunidad demuestra también que existe un número considerable de orientaciones culturales "andinas" e "indígenas", esenciales en la vida rural de la sierra. Las creencias y las prácticas religiosas asociadas con la producción son tan sólo una pieza en el mosaico cultural de Cabanaconde, un pueblo que ha estado fuertemente vinculado con fuerzas políticas y culturales más amplias. Los cabaneños utilizan, hoy, diversos marcos culturales en razón de su tránsito por otras comunidades, pueblos y ciudades del Perú y del extranjero. Pero en este análisis, pone énfasis en la orientación cultural subyacente a la producción local, la cual continúa siendo un marco vital e importante en la sociedad andina.
La dinámica de la estratificación étnica local de Cabanaconde es otro elemento que ha condicionado la intervención estatal. Demuestra que, a diferencia de los pueblos vecinos, hubo una gran concentración de españoles en la comunidad durante el período colonial. Un pequeño grupo de criollos influyentes concentraron el poder hasta la década del sesenta. La primera vez que se utilizó el modelo estatal de distribución "de canto" fue por intermedio de las elites locales de Cabanaconde, mucho antes de que el Código de Aguas de 1969 promoviera, para la sierra, este tipo de organización y de distribución. La afinidad cultural entre las elites locales, los actores estatales y los modelos de irrigación que ellos promueven se explica por la naturaleza diferenciada de la vida comunal, así como por la manera en que la clase y la etnicidad se definen racial y culturalmente.
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Ximena Medinaceli: ¿Nombres o apellidos? El sistema nominativo aymara. Sacaca, siglo XVII. LA PAZ - BOLIVIA: Instituto de Estudios Bolivianos, 2003, 467 p.
RESUMEN
El autor en la primera parte presenta aspectos que van de la ubicación general de la zona a una síntesis de su historia así como de la situación demográfica a comienzos del siglo XVII.
En la segunda parte -donde se concentra el estudio de los nombres- en tres etapas presenta: en la primera etapa entrega una aproximación desde la historia, revisando lo avanzado hasta el momento, lo cual plantea algunos cuestionamientos y también vías de respuestas. Aquí nos encontramos con la pregunta que es el título de este trabajo, los nombres indígenas pasaron a convertirse en apellidos en la colonia. En una segunda etapa hace un estudio estadístico de los nombres en base al padrón de 1614, evaluando todas las categorías de la fuente en relación a los nombres, frecuencias y preferencias. En estas dos primeras etapas irá delineándose el "contexto". En la tercera etapa entrega un esbozo de aproximación lingüística una “lectura etimológica”; este punto podría permitir un estudio mucho más extenso que excede las posibilidades de esta propuesta, pero sin embargo es central para poder dar una visión relativamente completa del problema planteado. Al final el autor, cierra con algunas propuestas generales.