“Primero fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre.
Ahora es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza”.
Víctor Hugo (1802–1885)
El agua es el líquido elemental de la vida, sin agua no hay vida. Según la Organización Meteorológica Mundial, la Encuesta Geológica de los Estados Unidos y el Instituto Hidrológico de San Petersburgo de Rusia, calculan aproximadamente que el 97% del agua en la Tierra es agua salada (océanos), y solamente el 3% es agua dulce. De este 3%, dos tercios se encuentran en los casquetes polares (Antártida, Groenlandia) y glaciares, y solamente tenemos la disponibilidad del 1% de agua dulce (lagos, embalses, canales fluviales).
Si no cuidamos el agua, lamentablemente más habitantes del planeta Tierra viviremos en situaciones críticas por la escasez de este líquido elemental. Cada año existen menos nevados a causa del deshielo por el calentamiento global; de la misma forma, los glaciares se están derritiendo en tiempo récord. Félix Blanco y de la Torre sostiene que hay suficiente agua para satisfacer las necesidades, lo que falta es el adecuado manejo y uso del agua. La crisis hídrica mundial es una crisis de gobernanza mucho más que de recursos disponibles, porque no siempre está disponible donde y cuando se necesita.
En el mundo andino, el agua tiene vida, porque dentro de la concepción andina, todo cuanto existe en la naturaleza tiene vida, está lleno de sentimiento, de espíritu. Son fuentes que irradian fuerza y energía a quienes saben recibirlas. Por ello el agua en la cosmovisión andina es personificada, tratada como un ser y no como un elemento o recurso a explotar. Es una concepción muy profunda donde se trata de criar, o sea “se cría al agua y el agua nos cría a nosotros”, es una crianza mutua, un diálogo singular. Ese diálogo se realiza mediante ritos, rituales donde el agua es considerada una deidad, como Yakumama (quechua) o Qhuchamama (aimara).
En este número de la revista Volveré presentamos dos interesantes artículos relacionados con el tema del agua. El primer artículo corresponde al ingeniero Rubén Campos Campos, que aborda la problemática del agua desde su uso en la minería y el impacto que causa en la población andina. En el segundo artículo el agua es analizado desde un aspecto patrimonial y cultural por la cientista social Nancy Alanoca.
Rubén Campos realiza un estudio de caso de Pampa Lagunillas (Los aimaras de Tarapacá) en la región de Tarapacá, Chile. El autor, utilizando fuentes confiables del gobierno de Chile, como la Dirección General de Aguas (DGA), la Corporación Chilena de Cobre (Cochilco), el Banco Central (BC), el Servicio de Impuestos Internos (SII), el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), el primer tribunal ambiental y entre otros entes públicos, nos da a conocer la relación asimétrica que existe entre las compañías mineras del cobre y las comunidades andinas de la región de Tarapacá. En el caso de Pampa Lagunillas se centra en dos aspectos fundamentales: 1) en la explotación de los embalses subterráneos de agua del altiplano y sus secuelas sobre las comunidades andinas; y 2) en la explotación, a tajo abierto, del yacimiento de cobre y sus efectos sobre el hombre andino.
Con una serie de imágenes de Google Earth capturadas en el año 1984, 2005 hasta el año 2018, muestra la significativa disminución de Lagunillas en Pampa Lirima desde su operación el año 1994. A esta terrible situación narrada hay una noticia esperanzadora que nos describe el autor, es sobre la demanda de daño ambiental donde el 31 de diciembre de 2021, el Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta decretó una medida cautelar que impide a la Minera Cerro Colorado la extracción de agua del acuífero Lagunillas por 90 días corridos o hasta que acredite que no existe riesgo de afectación. Aunque momentáneamente este fallo del Tribunal Ambiental deja un precedente para que se pueda frenar a estas empresas por si afectan los acuíferos altoandinos con la extracción de aguas subterráneas, el autor aplaude la medida cautelar, pero sostiene que ya no es posible resucitar los humedales y bofedales secos. Finalmente, nos muestra en números y gráficos un resumen de todos los derechos de aguas otorgadas en la región de Tarapacá.
El artículo de Nancy Alanoca, bajo el título de “El valor cultural y patrimonial del uso del agua. Su importancia para las familias andinas”, nos muestra cuan importante es el agua para la población que habita la precordillera de Arica (Chile), que, junto a la tierra, son los ejes más importantes del paisaje patrimonial. Sostiene que el Código de Aguas vigente no es lo mejor, porque al agua la considera como mercancía y que se ha vulnerado los derechos de usos y costumbres anteriores a 1981. Luego de mencionar una lista de las cinco cuencas hidrográficas de la región de Arica y Parinacota, se interesa en detallar los aspectos generales del manejo endógeno del agua dividiéndolo en aspectos administrativos y operativos. Finalmente, presenta algunas propuestas para un manejo sustentable del agua.
Los invitamos a leer estos dos interesantes artículos de actualidad para su reflexión. Como siempre, este número presenta la reseña de importantes publicaciones que se encuentran en la Biblioteca de Antropología Andina de la Casa Francisco Titu Yupanqui, Instituto para el Estudio de la Cultura y Tecnología Andina.
El Editor
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