

Revista electrónica, ISSN 0718-3658
Septiembre de 2020, Año XVI – Nº 54
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Revista electrónica, ISSN 0718-3658
Septiembre de 2020, Año XVI – Nº 54
“No se trata de preservar las lenguas por las lenguas, sino de preservar las lenguas en tanto, elementos claves para la definición de nuestra identidad, y segundo como portadoras de un conocimiento ancestral que puede ayudarnos a solucionar problemas del presente y del futuro”. Fueron las palabras de alocución del destacado sociolingüista y educador peruano Luis Enrique López, especialista en educación intercultural bilingüe. Ciertamente, nuestras lenguas ancestrales no sólo sirven como medio de comunicación, sino que a través de ella se trasmite una serie de conocimientos de una generación a otra; además de ser uno de los principales elementos para identificarnos culturalmente.
Actualmente en Chile, sólo hay seis lenguas ancestrales vigentes y la mayoría de ellas en peligro de desaparecer. Afortunadamente el Estado chileno, a través del Ministerio de Educación y la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), vienen impulsando en diversas regiones con población originaria, la preservación y revalorización de sus lenguas ancestrales; mediante programas de Educación Intercultural Bilingüe, capacitación a los Educadores Tradicionales y Educadores de Lengua y Cultura Indígena; la realización de cursos de lenguas a nivel básico, intermedio y avanzado a jóvenes y adultos.
El norte de Chile es un caso muy especial, porque las poblaciones originarias sufrieron todo un proceso de transculturización. Hubo un cambio radical en el ethos andino, tras el proceso de la chilenización. Muchas comunidades vinculadas ancestralmente entre sí, como parcialidades de una misma identidad territorial, fueron divididas y desarticuladas por el nuevo mapa geopolítico que se instaló una vez terminada la Guerra del Pacífico. La escuela nacional, fue un recurso estratégico de transformación de las lealtades “patrias” en las comunidades indígenas, obligando a los niños a no hablar su lengua materna, quedando ésta relegada, por un largo y negro periodo a la clandestinidad o a la auto censura de la población mayor. Episodios trágicos para la población originaria, que lamentablemente ya están cerca de irse al wiñaypacha (eternidad).
La presente edición de la revista Volveré, presenta dos artículos de autoría del profesor e investigador aymara Juan Alvarez Ticuna. El primero, es una breve reseña en homenaje a don Pedro Pablo Humire Loredo, poeta y folclorista chileno, nacido en la localidad de Socoroma en la región de Arica y Parinacota. El autor bajo el título de “Don Pedro ha partido a tocar su quena en el Alax Pacha”, describe su cercanía que tuvo con Don Pedro. Relata un extracto de su biografía, sus enseñanzas como profesor, poeta y músico. Asimismo, sus andanzas por la ciudad de Santiago, los estudios que logró y sus participaciones en la capital de Chile. Por otro lado, se refiere también a la discriminación que sufrió, y a los trágicos episodios que vivió durante el golpe militar de Augusto Pinochet. Al final, complementa la reseña, con uno de los poemas más conocidos de Don Pedro Humire.
En el segundo artículo el autor trata sobre los inmigrantes que tienen como lengua materna una lengua originaria. Plantea que este desplazamiento de personas en el norte de Chile no es nuevo, sino que es una costumbre bastante arraigada desde mucho antes de la época precolombina. Asimismo, describe lo funesto que fue el proceso de la chilenización, más que todo en materia de la pérdida de la identidad cultural y las lenguas indígenas. Finalmente, basándose en las estadísticas, muestra lo positivo que viene a ser –lingüísticamente hablando– la llegada de migrantes andinos al norte de Chile.
El Editor
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Septiembre de 2020, Año XVI – Nº 54
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